El otomano SELIM el Borracho, firma la paz con MAXIMILIANO II de Austria y entabla, a continuación, negociaciones con los príncipes protestantes y herejes de Europa a quienes les promete su ayuda.

El imperio otomano constituye una vasta maquinaria militar y humana con reservas aparentemente inagotables. El Imperio de Soliman y Selim es un imperio abierto, su capacidad para la guerra es enorme, aunque tiene puntos débiles, como la necesidad de continuas conquistas, y su dependencia del sultán. El fracaso del proyecto Don-Volga (1569), hace que la atención del sultán converga necesariamente en el Mediterráneo. Selim pone los ojos sobre Chipre, un molesto puesto avanzado cristiano atravesado en la ruta vital marítima que va desde Constantinopla hasta Alejandría, y cuya conquista es considerada como un preludio esencial a un avance turco. Evidentemente Chipre constituye un blanco más fácil y vulnerable que España. En la fecha, las circunstancias parecen óptimas: por una parte la mayor parte de la escuadra veneciana ha sido destruida; y simultáneamente, los recursos de España, forzadas al límite por las guerras de los moriscos de Granada y de los Países Bajos.

Contra los turcos promueve el papa PÍO V la Liga Santa.

La República de Venecia ejerció su dominio sobre Chipre desde 1489, hasta la invasión turco-otomana en 1571. En la fecha, la fortaleza de Famagusta sucumbe. Las noticias de este evento tardan casi dos meses en llegar a la república, la cual decide que es demasiado tarde para intentar la recuperación de Chipre.

En la fecha, en el enfrentamiento entre el mundo Occidental y el Imperio Otomano, parte de Messina la gran armada con destino al Golfo de Lepanto. La escuadra hispano -vaticano -veneciana parte al mando de Juan de Austria en busca de la turca.

En la batalla naval de Lepanto los turcos han estado bajo las órdenes de SELIM II. El generalísimo de las tropas cristianas ha sido JUAN de Austria, hermano bastardo del rey, pero quien de verdad ha dado las órdenes es el barcelonés LLUIS de Requeséns. La participación de los catalanes es decisiva en los diferentes lugares de mando demostrando que Catalunya ve como propia la batalla. No menos de ochenta oficiales son de Sat Feliu de Guixols y diferentes recuerdos de Lepanto vienen a Catalunya: el Cristo de la catedral de Barcelona, la «llantia del? rei moro» de Montserrat y la Virgen de la Victoria del convento de Montsiá, entre otros.

Pero en lo que realmente se ocupa SEBASTIÁN I es en organizar una armada que ha de participar al lado de la Liga en la guerra contra los turcos. En agosto de 1572 la armada estaba lista para hacerse a la mar. Para conseguirla, el rey había vendido las rentas de la Corona, se había apoderado del dinero que poseía la Congregación lisboeta de los Huérfanos de S.Eloy, había pedido dinero prestado a los obispos, cabildos, hidalgos y mercaderes ricos. Había pregonado el perdón de todos los delincuentes que se enrolasen en la armada, etc. La armada en vez de reunirse con los barcos de la escuadra de la Liga, es destruida por una furiosa tempestad que azota Lisboa y los puertos del sur el 13 y 14 de setiembre de 1572.

En la fecha, Venecia firma con el sultán un tratado de paz tan pírrico y desfavorable que podría haberse evitado la batalla de Lepanto. La república renuncia humillantemente a sus reclamaciones sobre Chipre, así como a los territorios dálmatas, devolviendo a los turcos sus propias conquistas en Albania. Su única posesión oriental importante después de estos sucesos
es la isla de Creta (o Candia, como la llaman los venecianos) .

El turco MURAD III, hijo de SELIM, que desde 1574 es su sucesor, termina una guerra de 15 años contra Persia, adquiriendo el Azerbaiyán, Eriván y Kars. Le sucederá MUHAMMAD III.

Los serbios habiendo alcanzado de los turcos su independencia religiosa (el patriarcado había sido restablecido en Pec en 1557), intentan alcanzar la independencia política promoviendo, en la fecha, diversas sublevaciones que provocan violentas represiones.