Se forma oficialmente la Liga de Augsburgo por el Emperador Leopoldo I. El objetivo de la alianza es defender el Palatinado de la presión francesa. La coalición estará formada (en distintos momentos) por: España, Austria, Baviera, Brandeburgo, el Sacro Imperio Romano Germánico, Inglaterra, los Países Bajos, el Palatinado, Portugal, Sajonia, Suecia y las Provincias Unidas. El objetivo de la Liga es el estricto cumplimiento de los Tratados de Nimega y Ratisbona y la defensa de aquellos de sus componentes que fueran “atacados o molestados por pretensiones injustas y demandas ilegítimas”. La Liga de Augsburgo y la Guerra de Sucesión española fomentarán el sentimiento antifrancés del pueblo alemán, que en alianza con Inglaterra contenderá triunfante contra los intentos de LUIS XIV de dominar Europa.

FEDERICO III (1688-1713) que mantendrá el electorado al lado de Austria y contra LUIS XIV sucede a su padre Federico Guillermo i de Brandeburgo. FEDERICO III, elector de Brandeburgo y duque de Prusia, del linaje de los hohenzollern, ambiciona protagonizar el engrandecimiento de su país y convertirse en rey, pero para ello necesita el permiso del emperador LEOPOLDO I. Cuando se aproxima la guerra de Sucesión española, FEDERICO III comprende que Brandeburgo, con su ejército relativamente numeroso y bien instruido, constituiría una aportación bienvenida a las fuerzas austríacas enfrentadas a LUIS XIV, y está preparado para pedir un elevado precio por dicha aportación.

Fallece FEDERICO GUILLERMO I de Brandeburgo, el Gran elector. Brandeburgo-Prusia se han convertido en una potencia media en el seno del Sacro Imperio Germánico. Su ejército permanente ha alcanzado los 28.000 hombres sobre una población de millón y medio de personas aproximadamente.

CARLOS XII, con 15 años de edad, es coronado rey de Suecia (17/11/1697- 30/11/1718) en la catedral de San Nicolás de Estocolmo. El Imperio sueco, forjado a raíz de los acuerdos de Westfalia, choca en su escenario geopolítico con los intereses de Polonia, Rusia, Dinamarca y Brandeburgo, e incluso se ha inmiscuido en los asuntos continentales por los compromisos y ventajas adquiridas en el siglo XVII. No sólo interviene en el área comercial báltica, sino que con su ejército y marina, reorganizados con Carlos XI, presiona sobre Brandeburgo y manipula el equilibrio de poder en perjuicio de Dinamarca. Su protagonismo se ve facilitado por la debilidad de Rusia y Polonia, la participación de las potencias marítimas en el Báltico, que obstaculizan el control danés de los dos lados del Sund, y la rivalidad entre Borbones y Habsburgos.

A finales del siglo XVII y comienzos del XVIII, el Imperio está eclipsado por Francia e Inglaterra. La tambaleante estructura imperial está sostenida por la gran cantidad de príncipes menores, quienes desean su protección, ante la presión de los grandes príncipes, quienes demandan mayor libertad para ampliar sus posesiones. Los Wettins de Sajonia, que se expanden hacia? el este, se convierten en reyes de Polonia; los Welfs de Brunswick-Luneburgo se convierten en electores de Hannover y consiguen gran influencia. Los Wittelsbachs de Baviera intrigan para conseguir una corona en los Países Bajos españoles; los Habsburgo de Austria, que también mantienen Bohemia y Hungría, y los Hohenzollern de Brandeburgo, que se convierten en reyes de Prusia, son las familias hegemónicas en el Imperio y dominan a los otros príncipes. Apenas se han recuperado de la guerra de los Treinta Años cuando los príncipes y el emperador se enfrentan en una serie de nuevas luchas dinásticas.

FEDERICO III (Margrave de Brandeburgo) a cambio de una alianza con Austria pide una corona real. Además, no desea que ésta sea la de Brandeburgo, donde (al menos en teoría) estaría sujeto al emperador; quiere la corona de Prusia, cuyo territorio se extiende fuera de los confines del Sacro Imperio. A cambio de la promesa de aportar 8.000 soldados y de contar con un voto prusiano al lado de Austria en todos los asuntos importantes concernientes al Imperio, el emperador LEOPOLDO I accede a las peticiones de FEDERICO III. Así, en la fecha, FEDERICO III de Brandeburgo se autocorona, en la ciudad de Königsberg (Kaliningrado, en la costa del Báltico)-, como FEDERICO I, primer rey en Prusia (1701-1713). La preposición “en” implica que es rey sólo cuando está en Prusia, mientras que en Brandeburgo sigue siendo elector. Pero esta distinción no tardará en perderse. El Electorado de Brandeburgo (gran beneficiado de la Paz de Westfalia) pasará a compartir los destinos del nuevo reino de Prusia -ambas bajo la dinastía de los Hohenzollern- y FEDERICO I, será rey “de” Prusia, y Berlín su capital. Así, pues, el reino de Prusia queda establecido el 18/1/1701.

En la Guerra de Sucesión de España, se unen a la alianza: Portugal (excelente base para operaciones en la Península Ibérica), Saboya (Regido por el padre de la reina de España), Dinamarca, Brandeburgo (a cambio del reconocimiento imperial de Prusia como reino) y casi todos los principados alemanes. Por otra parte, Colonia y Baviera (LUIS XIV promete al elector la corona de los Países Bajos españoles) apoyan al bando hispano-francés.

La Gran Guerra del Norte (1700-1721) concluye con el tratado de Nystadt (en la costa finesa). Se firma el 30 de agosto de 1721, y estipula que Rusia obtiene los países bálticos, pero devolvera Finlandia. La guerra pone fin a la condición de gran potencia que ha adquirido Suecia tras un siglo de conquistas, y convierte a Rusia en una gran potencia que viene a sustituir a Suecia. Estos tratados, devuelven Polonia al elector de Sajonia, AUGUSTO (que como rey de Polonia gobierna como AUGUSTO II), transfieren Stettin y Pomerania Occidental de Suecia a Brandeburgo-Prusia, y Rusia ocupa las posesiones del Báltico oriental que mantiene Suecia. Este Tratado confirma el de Estocolmo del 1 de febrero de 1720.

El joven FEDERICO (futuro FEDERICO II el Grande), pronto se plega a la voluntad de su padre y pasa por una etapa de aprendizaje en asuntos administrativos, económicos y militares. Finalmente, en la fecha, llega, incluso, a casarse con Isabel Cristina, hija de Fernando Alberto II de Brunswick, princesa elegida por su progenitor y a la que no ama. Con ella vivirá en el palacio de Rheinsberg, en Brandeburgo, donde podrá por fin dedicarse en paz a la música y la literatura y al estudio de la filosofia. Allí iniciará un intercambio epistolar con Voltaire y escribirá un libro. En él esboza la imagen de un soberano consciente de su deber y amante de la paz, guiado en sus acciones por las ideas de la Ilustración. El bienestar del pueblo debe tener precedencia sobre todo lo demás. En cuanto al soberano, Federico lo considera el «primer servidor del Estado».

El poderío de los Hohenzollern se inicia con el magrave de Brandeburgo, Juan Segismundo (1608-1619), que adquirió Prusia oriental en el este y los territorios de Cleves, Mark y Minden en el oeste. En la segunda mitad del siglo XVII Federico Guillermo I organizó eficazmente la administración civil y militar de estos diversos territorios, que en 1701 se convirtieron en el reino de Prusia. En 1742, se firma el Tratado de Berlín entre Prusia y Austria por el que FEDERICO II de Prusia aumenta la población y la riqueza del reino al arrebatar Silesia a Austria.