Cuando va a celebrarse el matrimonio, el conde castellano GARCÍA SÁNCHEZ es alevosamente asesinado por los condes alaveses de los VELA, apelando a la venganza de sangre, ya que no se tienen en cuenta sus derechos sobre Álava. Muerto el conde de Castilla sin hijos se extingue el linaje de Fernán González. Por este motivo surge una guerra entre SANCHO III, el Mayor, rey de Pamplona, y BERMUDO III, rey de León, por la posesión del condado de Castilla. La consecuencia será que el ambicioso rey navarro SANCHO III, el Mayor, se convertirá por matrimonio en conde de Castilla, título que cederá a su hijo Alfonso.

SANCHO III de Pamplona, obliga a su hijo FERNANDO a que, en su condición de conde de Castilla, renuncie a las zonas de Oca y Álava que pasan a engrosar el territorio navarro.

La guerra entre Pamplona y León se termina cuando FERNANDO, el segundo hijo de SANCHO III el Mayor de Pamplona y de Dña. MAYOR, condesa de Castilla, contrae matrimonio con SANCHA, hija de ALFONSO V de León y hermana del actual rey de León BERMUDO III. La dote de SANCHA, los territorios en disputa, pasan legalmente a Castilla. También por aquellas fechas se crea la nueva diócesis de Palencia, cuya catedral se debe a SANCHO III, y que engloba las tierras castellanas reclamadas por León. Constituir una nueva diócesis era una forma de consolidar su situación.

Fallece, en la fecha, SANCHO III el Mayor, rey de Pamplona. Sancho III el Mayor es enterrado en el monasterio de Oña. Ya en sus últimos años ha sido el monarca cristiano más importante de la península. Sus dominios han aumentado considerablemente y su hegemonía se extiende tanto sobre León y Asturias como sobre Catalunya. Durante el reinado de SANCHO III el Mayor se ha registrado en Pamplona una notable transformación cultural y religiosa. Inclinado más hacia Europa que hacia el mundo musulmán, SANCHO ha atraído hacia su reino las influencias feudales imperantes más allá de los Pirineos. Traza una nueva ruta hacia Santiago de Compostela que, atravesando Pamplona, se convertirá en el famoso camino de Santiago.

Fallece GARCÍA III SÁNCHEZ de Pamplona.

La antigua ciudad de Viguera fue conquistada en 920 por SANCHO I GARCÉS de Pamplona. En 970 le correspondió por legado a RAMIRO GARCÉS, ya entonces con el título de reino, dependiente no obstante de la soberanía Pamplona. Su último rey fue FORTUN SÁNCHEZ de Nájera (1035-1054), que murió sin dejar descendencia. Desde entonces, pasó a incorporarse territorialmente de una forma definitiva al reino de Pamplona.

En el reparto de la herencia de SANCHO III, Castilla ha quedado mermada por el este en beneficio de Pamplona, por disposición del omnipotente SANCHO III. Así, pues, FERNANDO I el Grande, rey de Castilla y León, (1035-1065) reclama las tierras de la Rioja y la Bureba a su hermano GARCÍA SÁNCHEZ III de Pamplona (1035-1054). Al negarse este a entregárselas, el rey castellano penetra con sus ejércitos en Pamplona, chocando con los pamploneses a los pies de la sierra de Atapuerca el 15 de septiembre de 1054. A pesar de que Pamplona es derrotada, las tres comarcas vascongadas, con muy escasas mermas, se mantienen dentro de los dominios del rey de Pamplona. Desde el punto de vista de los monarcas castellano-leoneses se trata de una situación de hecho, no de derecho. Nunca dejarán de reclamar las tres comarcas vascongadas como propias.

Sancho II de Castilla impugna el reparto hecho por su padre al morir y reclama a Navarra parte de territorios que habían pertenecido a Castilla. Deseoso de engrandecer y consolidar sus dominios, SANCHO II el Fuerte, rey de Castilla, sitia Zaragoza para obligar a su rey a que siga pagando las parias. Luego se lanza sobre Pamplona. Después de derrotar a su homónimo, SANCHO IV el de Peñalén, quiere ocupar el reino de León de su hermano ALFONSO VI, para restablecer la unidad de los reinos de Fernando I el Grande. Se decide que los dos monarcas y sus huestes se enfrenten en un combate con carácter de “Juicio de Dios”: el vencedor será el poseedor de la razón y la justicia en el pleito planteado.

El rey de Pamplona, SANCHO IV, en la fecha, es despeñado en Peñalén, por orden de su propio hermano RAMON. Posiblemente los conjurados -entre los que también figura la hermana del rey, ERMESINDA- pretenden hacerse con el trono para que lo ocupe RAMON. Pero lo único que consiguen es crear un problema sucesorio que significará la desmembración del reino de Pamplona.