Además del comercio floreciente con los países del Báltico, fue sobre todo el comercio de las especias, la seda y la porcelana procedentes de Oriente el que hizo que Amsterdam se convirtiera durante el Siglo de Oro (1580-1720), en una de las ciudades más prósperas.

Las dificultades económicas por las que atraviesa la Monarquía Hispánica en estos momentos aconsejan buscar una solución que proporcione el fin de las hostilidades con los Países Bajos. Después de tres meses de reuniones del Consejo de Estado, se autoriza a la gobernadora de los Países Bajos, ISABEL CLARA Eugenia, a firmar, en la fecha, la “Tregua de Amberes” o “Tregua de los Doce Años”. Por otra parte, esta tregua -firmada entre España y las Provincias Unidas- sirve para consolidar las posiciones de unos y de otros y para que los contendientes se refuercen, suponiendo un receso pacífico en la Guerra de los Ochenta Años que los holandeses mantienen contra el Imperio español desde 1568 para conseguir su independencia. En los doce años de tregua, las Provincias Unidas establecerán tranquilamente más almacenes en todo el mundo, se enriquecerá y su capital estará en continuo crecimiento. En efecto, en estas fechas se iniciará la expansión de la urbe y se comenzarán a construir los tres famosos canales concéntricos y se levantarán numerosas casas, almacenes y silos.

La monarquía hispánica concentra sus recursos militares y financieros en Flandes, desde donde puede amenazar París, Amsterdam, los principados protestantes alemanes y las rutas marítimas inglesas. Además, esto aligera la posible presión que estos enemigos pueden ejercer sobre otros territorios de la monarquía, como el Franco Condado, el Milanesado, el Mediterráneo occidental o la misma Península Ibérica. En esta guerra, la monarquía defiende sus posesiones en los Países Bajos y en Italia manteniendo abierto el llamado “camino español” (camino que une por vía terrestre las posesiones hispánicas del norte de Italia y de Flandes atravesando los Alpes y resiguiendo la cabecera del Danubio y el valle del Rin) para evitar el aislamiento de los Países Bajos. Por esta razón, en la fecha, las tropas comandadas por el duque de Feria ocupan la Valtellina, un valle alpino fundamental para comunicar el norte de Italia y el sur de Alemania (Milán y el Tirol).

En agosto de este mismo año, las tropas hispánicas de Ambrosio Spinola avanzan por el oeste de Alemania, atraviesan el Rin y ocupan el Bajo Palatinado, conexión entre sus posesiones italianas y los Países Bajos.

Para España, la posesión de Flandes era fundamental para mantener la supremacía del Imperio en Europa. Inicialmente, las comunicaciones entre España y Flandes habían seguido la ruta marítima del Atlántico. Pero dada la hostilidad francesa, inglesa y holandesa, esta ruta fue pronto impracticable. Tuvo que buscarse una ruta alternativa por tierra vía Barcelona, Génova, Milán, Saboya, Lorena, Luxemburgo, sin pasar por territorio francés. También esta ruta tuvo que variarse en algunas ocasiones porque los franceses no dejaban de molestar.

En los Países Bajos, el archiduque ALBERTO muere en la fecha y al no haber hijos sobrevivientes del matrimonio, los Países Bajos vuelven a la Corona Española. ISABEL CLARA EUGENIA permanecerá en Bruselas como gobernadora en solitario (1621-1633), en nombre del rey FELIPE IV. Isabel Clara Eugenia residirá allí durante el resto de su vida, alternando éxitos, como el de la toma de Breda en 1625, con fracasos y reveses, como la pérdida de Bolduque en 1629 y Mastrique en 1632. FELIPE IV de España, sobrino de Isabel Clara Eugenia, la apoyará en la gobernación de los Países Bajos hasta que ella fallezca en 1633.

A punto de expirar la Tregua de los Doce Años (1609-1621), se mantienen negociaciones para prolongar la tregua, pero estas fracasan al no estar Madrid ni La Haya inclinados a realizar concesiones. Las fuerzas españolas de FELIPE IV y del conde-duque de OLIVARES tratan de reanudar la lucha, pero los Países Bajos son ahora demasiado prósperos y disponen de una flota de primera categoría, mientras que España envuelta en la guerra de los treinta años (1618-1648), se halla casi en el límite de sus recursos. En esta continuación de la guerra, poco a poco se irán imponiendo los holandeses sobre los españoles.

La plaza holandesa de Breda había sido tomada en 1581 por los tercios españoles, pero perdida en 1590 se volvió a recuperar el 2 de junio de 1625, en el reinado de FELIPE IV. La resistencia fue heróica y el asedio duró diez meses. El gobernador de la ciudad holandesa de Breda, Justino de Nassau, el día 5 de junio entregará las llaves de la ciudad a Ambrosio de Spínola. Este hecho se hizo doblemente famoso al ser inmortalizado por el pincel de VELÁZQUEZ en un magnífico cuadro (“La rendición de Breda”), en el que representa el acto de la entrega de las llaves de la ciudad por parte de JUSTINO de Nassau al vencedor AMBROSIO de Spínola. El lienzo se conoce también con el nombre de “las lanzas” y parece que fue pintado entre 1633 y 1635 y se conserva en el Museo del Prado de Madrid.

La victoria imperial y española que ha supuesto la batalla de Nördlingen -el pasado seis de septiembre 1634- sobre Suecia y los príncipes protestantes, disgusta profundamente a RICHELIEU por lo que, en la fecha, declara la guerra a España (1635-1659) lanzando una gran ofensiva contra los Países Bajos españoles. Previamente, se protege ocupando la Valtellina, para cortar las comunicaciones españolas desde Milán a los territorios imperiales; renueva su alianza con Suecia y con la liga protestante de Heilbronn y fortifica la frontera del Rin. Francia entra, por fin, en la Guerra de los Treinta Años rivalizando con la monarquía hispana para detentar la hegemonía en Europa.

Fallece PETER BRUEGHEL (1564-1638) Gran pintor holandés. Se especializa en escenas laboriosas y exuberantes de la vida campesina. Paisajes bíblicos y fantasías. Varios de sus descendientes también fueron pintores de éxito.