ENRIQUE de Navarra (Borbón) (ENRIQUE IV de Francia) tiene que hacer valer sus derechos al trono de Francia con las armas, enfrentándose a la Liga Católica en Arques (1589). (Es el primer Borbón que sube al trono de Francia). De hecho sólo es reconocido por los hugonotes. FELIPE II de España, decide la campaña contra ENRIQUE de Navarra. El monarca español presenta la candidatura de su hija predilecta, la infanta ISABEL CLARA EUGENIA, nacida de su matrimonio con la princesa francesa ISABEL de Valois. En los planes de FELIPE, ISABEL ha de casarse con su primo el archiduque ERNESTO, el hemano del emperador RODOLFO II, y ambos deben ser los reyes de Francia. ENRIQUE IV, es el último conde de Foix por lo que los derechos del Principado de Andorra pasan a la Corona francesa (de la que la Republica se declarará sucesora, aunque su derecho se basará en la fuerza y aún no ha encontrado un reconocimiento jurídico aceptable). Desde entonces, los jefes de Estado de Andorra serán el obispo de Urgell y el rey de Francia (hoy, el presidente de la República Francesa). Tal estructura es la que ha permitido que Andorra conserve su independencia.

Una vez más FELIPE II mantiene el proyecto, pero buscando un nuevo archiduque para marido de su hija ISABEL. El elegido es ALBERTO, otro sobrino del anciano monarca español. En la óptica de FELIPE II, el gobierno de ALBERTO e ISABEL CLARA, conocidos por los historiadores como “los archiduques”, debe pacificar los Países Bajos y permitir la reincorporación de las provincias holandesas rebeldes. La separación, por lo menos nominal, de España y los Países Bajos, debe facilitar también la conclusión de una paz con ENRIQUE IV de Francia

En el caso de que ISABEL CLARA y su futuro esposo no tengan descendencia, la soberanía de los Países Bajos volverá a los reyes de España. La decisión es aceptada por los católicos belgas pero no por los protestantes holandeses que siguen su lucha con España.

En la fecha, FELIPE II firma con Francia (Enrique IV) la paz de Vervine y adopta en los Países Bajos la solución planteada sobre este conflicto. Abdica de la soberanía de los Países Bajos a favor de su hija ISABEL CLARA (6/5/1598-13/7/1621) y de su futuro esposo, el archiduque ALBERTO. Con ello se procura mantener la fidelidad de las provincias católicas del sur (la futura Bélgica), mantener su defensa y aplazar para un momento más oportuno el asalto a las provincias del norte. Pero la ruptura entre el norte y el sur es ya definitiva y la independencia “de hecho” que no “de derecho” de las siete Provincias Unidas puede considerarse irreversible. El período de “los archiduques” goza de una consideración positiva general, por parte de los historiadores belgas, como etapa de relativa paz.

Las dificultades económicas por las que atraviesa la Monarquía Hispánica en estos momentos aconsejan buscar una solución que proporcione el fin de las hostilidades con los Países Bajos. Después de tres meses de reuniones del Consejo de Estado, se autoriza a la gobernadora de los Países Bajos, ISABEL CLARA Eugenia, a firmar, en la fecha, la “Tregua de Amberes” o “Tregua de los Doce Años”. Por otra parte, esta tregua -firmada entre España y las Provincias Unidas- sirve para consolidar las posiciones de unos y de otros y para que los contendientes se refuercen, suponiendo un receso pacífico en la Guerra de los Ochenta Años que los holandeses mantienen contra el Imperio español desde 1568 para conseguir su independencia. En los doce años de tregua, las Provincias Unidas establecerán tranquilamente más almacenes en todo el mundo, se enriquecerá y su capital estará en continuo crecimiento. En efecto, en estas fechas se iniciará la expansión de la urbe y se comenzarán a construir los tres famosos canales concéntricos y se levantarán numerosas casas, almacenes y silos.

En los Países Bajos, el archiduque ALBERTO muere en la fecha y al no haber hijos sobrevivientes del matrimonio, los Países Bajos vuelven a la Corona Española. ISABEL CLARA EUGENIA permanecerá en Bruselas como gobernadora en solitario (1621-1633), en nombre del rey FELIPE IV. Isabel Clara Eugenia residirá allí durante el resto de su vida, alternando éxitos, como el de la toma de Breda en 1625, con fracasos y reveses, como la pérdida de Bolduque en 1629 y Mastrique en 1632. FELIPE IV de España, sobrino de Isabel Clara Eugenia, la apoyará en la gobernación de los Países Bajos hasta que ella fallezca en 1633.