Los suecos, intentan aprovecharse del debilitamiento de los principados rusos debido a la invasión de los mongoles y desembarcan en las tierras de Nóvgorod y en las regiones controladas por la orden germánica de los caballeros Portaespadas, que espera convertir aquellas regiones al cristianismo.

Debido a un renacimiento del catarismo en Occitania, la Iglesia Católica predica una segunda cruzada contra los cátaros que no tiene gran resonancia, aunque, poco a poco, éstos serán expulsados de las diversas ciudades del país mientras los nobles de la región intentan negociar la paz con la Iglesia católica.

Muchos cátaros que han huido de Occitania se han ido a Lombardía. El emperador FEDERICO II, está profundamente preocupado por la rápida propagación por su imperio de ésta y otras sectas maniqueas. Es este emperador, infiel, rodeado de sus judíos y mahometanos, el primero que emprende guerra contra estas sectas en defensa de la sociedad. Ordena, en la fecha, que a cualquiera que sea condenado por herejía en Lombardía se le queme vivo, la antigua pena por alta traición. Lo que FEDERICO II opina de estos herejes está expresado en términos nada ambiguos en uno de sus edictos. En él son llamados: «lobos rapaces que se han abierto camino entre las ovejas»,»hijos del padre de la perversidad»,»culebras que tienden trampas a las palomas», «serpientes a las que se ve rastrear llevando en la cola un virus que vomitan bajo la dulzura de la miel, y, aparentando que administran el pan de la vida, mezclan un brebaje de muerte como un veneno fatal.»

Es aprobada por el papa HONORIO III la orden del Carmen. Tras la aprobación, fundarán monasterios en Acre, Tiro y otros lugares de Palestina y más tarde en Chipre, Sicilia, Francia e Inglaterra. Substituirán su antigua vida eremítica por la conventual y comenzarán a consagrarse al ministerio pastoral. Modificaciones a la regla en 1247 y 1431, equiparándose a las nuevas órdenes mendicantes y tomando parte activa en la vida social y religiosa de la Europa occidental y central. En 1452 quedará organizada la rama femenina de la orden.

A las admoniciones y ruegos del Papa HONORIO III para que FEDERICO II cumpla su promesa de encabezar una Cruzada, FEDERICO responde con toda clase de circunloquios y excusas, hasta que por fin -por el Tratado de San Genaro- le promete que se pondrá en camino en 1227

Por la Bula de Oro de Rímini, de la fecha, FEDERICO II, emperador del Sacro Imperio Romano, encarga a la Orden Teutónica la conquista de Prusia. El Emperador FEDERICO II Hohenstaufen ha otorgado a los teutones todos los privilegios de los príncipes del Imperio en la Bula de Oro de Rimini, como el derecho de soberanía sobre los territorios conquistados, con soberanía papal nominal.

LUIS VIII el León, rey de Francia, dentro de la Segunda Cruzada contra lo cátaros en el Languedoc, asedia Aviñón, de mayo a setiembre, pero no se decide atacar a Tolosa. El soberano francés muere en Montpensier, en el viaje de regreso.

El Papa HONORIO III muere, en la fecha, sin que FEDERICO II haya aún cumplido su promesa de encabezar una Cruzada.

GREGORIO IX -papa- (21.3.1227-22.8.1241). Se trata del cardenal Hugo de Ostia que aunque cuenta en ese momento con ya más de ochenta y cinco años, su pontificado se extenderá durante otros catorce años. Sobrino de Inocencio III, es un hombre de carácter enérgico y aunque mantendrá al principio una relación amistosa con el emperador FEDERICO II, acabará perdiendo la paciencia con él porque siempre estará encontrando una excusa para no marchar a las cruzadas. El cardenal Hugo ha sido elegido papa tras renunciar a la tiara el cardenal Conrado de Urach que ha sido elegido como primera opción.

Que los hombres que sirven de instrumento a la Inquisición están íntimamente convencidos de que trabajan por la mayor gloria de Dios, no hay nadie que lo pueda poner en duda. Supuesto, pues, este convencimiento que anima aun a personas dotadas de caridad y de amor en otros terrenos, no es de extrañar que crean que la piedad hacia los sufrimientos de las víctimas es no sólo debilidad, sino hasta pecado. Ha de convenirse, sin embargo, en que algunos papas e inquisidores no obrarán -por debilidad o por convencimiento- inspirados por móviles semejantes. El egoismo y el interés son casi siempre el incentivo de las empresas, y la de la conservación de la fe, ni más ni menos que las hazañas puramente mundanas de todos los tiempos, será inspirada muchas veces -algunas casi inconscientemente- más por el orgullo y la ambición que por el sentimiento del deber para con Dios.