Los lombardos expulsan a los hérulos de Transilvania (Rumanía). La mayoría de los reinos germánicos que se establecen en el antiguo Imperio de Occidente resultan, a escala histórica, efímeros. Las tierras conquistadas sufrirán un retroceso demográfico, las ciudades se despoblarán y la alta cultura romana casi desaparecerá. La lengua germánica sólo desplazará al latín en la franja más septentrional.

Los francos no se contentan con haber expulsado a los visigodos de casi toda Francia, también quieren ocupar el valle del Ebro debido a su riqueza agrícola y a su posición estratégica, por eso efectuarán diversos intentos aunque las murallas de Zaragoza resisten todos sus ataques. El más importante se registra en el año 541. Los reyes francos CHILDEBERTO I, y CLOTARIO I, sitian Zaragoza. Los zaragozanos se defienden tras sus poderosas murallas de piedra y realizan una procesión por el camino de ronda portando la túnica de su patrón San Vicente. Los sitiadores francos quedan impresionados y se retiran, pero se llevan como símbolo de paz la túnica del mártir zaragozano. Al ser la minoría visigoda arriana (la mayor parte del pueblo son católicos) y los francos católicos, quizá por esta circunstancia los jefes visigodos entregan la túnica de San Vicente a los francos. Después, los francos toman Pamplona aunque su dominación será efímera. Los visigodos persiguen a los francos que en desbandada abandonan la península. Los visigodos, sin embargo, no harán ningún movimiento para penetrar en la zona dominada por los vascones.

Desde el siglo VI hasta el VIII, sucesivas invasiones de visigodos, ostrogodos, hunos, eslavos y avaros procedentes del Norte ocupan el territorio de Grecia, en especial Iliria y Tracia.

Los longobardos o lombardos, que son desplazados de Hungría por los ávaros que están invadIendo el centro de Europa, se dirigen hacia la península italiana y se ponen al servicio de Bizancio contra los ostrogodos de Italia. En la fecha, los últimos ostrogodos son expulsados de Italia por los bizantinos (con la ayuda de los longobardos) y quedan borrados de la historia.

Mezclados con los eslavos se encuentran algunas tribus asiáticas desplazadas hacia el Oeste. Han vivido al principio a lo largo del Volga, y acaso los términos “Volga” y “búlgaro” tengan el mismo origen. Los búlgaros de origen turco, también por el empuje de los ávaros, abandonan su cuna de la llanura del Don para dirigirse hacia los confines del Imperio romano de Oriente.

Los jázaros, que han seguido a los ávaros en su emigración desde el Altái, ocupan las estepas entre el Don y el Dniéper. Europa se ve, pues, transformada por una multitud de aportaciones étnicas del norte y del este. Los contactos culturales entre la romanidad y los pueblos inmigrados sientan las bases de la covilización medieval.

Los pueblos eslavos, comienzan a infiltrarse por los valles del Danubio, del Save y del Drave, desplazando a cuantos se han asentado en la zona, dando lugar en su distribución geográfica a las futuras nacionalidades de los serbios, croatas y eslovenos. Son más campesinos que guerreros, pero allá donde van se establecen con carácter permanente.

Los pueblos germánicos dominan ya una gran parte de Occidente: los visigodos en España, los lombardos en el norte de Italia, los francos en la actual Francia y más al este, los sajones más al este aún…, y así sucesivamente. Todos estos pueblos, a excepción de los francos, son arrianos, lo cual es para los católicos casi tan malo como ser paganos. Los más peligrosos para Roma son los lombardos, cuyo centro se halla en Pavía, al sur de Milán, y en general ocupan la parte de Italia que hoy se conoce como Lombardía. A diferencia de los hunos y los vándalos, los lombardos llegan y se quedan, con la intención inequívoca de expandir su territorio. En el año 569 se apoderan de Milán, que en otro tiempo ha sido capital del Imperio, y su rey adopta el título de «Señor de Italia». De hecho, no tardarán en ocupar una gran parte de la Italia septentrional. El Papa JUAN III y los romanos piden ayuda al exarca bizantino de Ravenna y al mismo emperador de Constantinopla; pero inútilmente. Son los Papas quienes se tienen que ocupar de la organización y defensa de Roma.

Después del 587, tras el fracaso del duque Astrovaldo, que ha tratado de combatir a los vascones sin conseguirlo, los francos llegan a un acuerdo con ellos para el establecimiento pacifico de éstos en las tierras llanas de Aquitania. Los vascones pagarán los tributos pero los territorios en los que habiten -un ducado virtualmente independiente- serán administrados por un duque designado por la corte merovingia. Surgiendo el Ducado de Vasconia [(de Vasconia derivarán Gaskonia (en euskara) y Gascuña (en castellano)], Una vez realizado el establecimiento, los vascones conservarán sus costumbres y su lengua. Parece que durante estos años se produce una intensa vasconización de las capas humildes de la población aquitana, singularmente la menos romanizada, mientras que las capas más romanizadas dan origen al pueblo gascón, de habla románica. Con el paso de los siglos mientras el gascón va extendiéndose en Gascuña, el euskara irá paulatinamente perdiendo hablantes.

Persia, que se encuentra luchando contra el Imperio romano de Oriente desde 572, se ve invadida por tribus árabes en la Mesopotamia, por los turcos al Norte y sufre una invasión de los jázaros en Armenia. El general Varahan, luego de varios fracasos cae en desgracia con su rey, el impopular HORMIDAS IV, que lo destituye.