Como consecuencia del pacto de los cuatro monarcas contra ALFONSO VIII rey de Castilla, en 1192 aragoneses y navarros penetran en Castilla por Soria, mientras ALFONSO VIII lo hace en Aragón, aunque pronto debe desistir. León, por su parte, concentra sus fuerzas en Salamanca y Ciudad Rodrigo.

En 1194 ALFONSO IX, rey de León, tiene que separarse de su esposa TERESA ante la sentencia de nulidad dada por el Papa CELESTINO III.

ALFONSO IX de León, irritado con los castellanos, tanto por las querellas pendientes como por su participación indirecta en el episodio de su separación matrimonial, a la vista de la derrota castellana frente a los almohades en la Batalla de Alarcos, opta, junto a SANCHO VII el Fuerte de Navarra, por pactar con los almohades y aprovechar la debilidad castellana para conseguir beneficios para sí mismo luchando contra ALFONSO VIII de Castilla. Así, a principios de 1196, Castilla es atacada simultáneamente por leoneses, navarros y musulmanes. Posteriormente, cuando parece que se ha alcanzado la paz, los castellanos en venganza atacan León. La campaña termina por el momento, con el triste resultado de ver ambos reinos devastados. Se impone, por tanto, una maniobra diplomática.

El papa CELESTINO III excomulga a ALFONSO IX, rey de León, a causa de la alianza que sostiene con los almohades para combatir a ALFONSO VIII de Castilla, y desliga a los leoneses de su fidelidad al rey.

Lo evidente del parentesco entre los novios no impide que la boda entre ALFONSO IX de León y su sobrina BERENGUELA, se celebre con toda solemnidad en la iglesia de Santa María de Valladolid. Los esposos después de disfrutar de una corta luna de miel en Zamora, entran en la capital del reino, donde los leoneses dispensan una excelente acogida a la mujer que es bautizada por el vulgo con el mote de \»la castellana\».

ALFONSO VIII de Castilla se reúne con ALFONSO IX de León en Tordehumos y los dos monarcas firman un tratado de paz. En este tratado de paz,se dispone que ALFONSO VIII devuelva las comarcas leonesas que están en su poder y que, en caso de que ALFONSO IX muera sin hijos, el reino de León se una a Castilla. También se establece el matrimonio de BERENGUELA, hija de ALFONSO VIII, con su tío ALFONSO IX de León. De esta forma se solventará la disputa fronteriza, ya que BERENGUELA lleva como dote los castillos reclamados por León y recibirá como arras Astorga, Coyanza, Mansilla y otras plazas. Las primeras serán de vasallaje castellano y las segundas leonesas.

La boda entre ALFONSO IX de León y BERENGUELA, hija de ALFONSO VIII de Castilla, tiene lugar en Valladolid, en otoño de 1197, y la casi inmediata condena del papa CELESTINO III -debido al parentesco de los contrayentes- no es obedecida por ALFONSO IX. Justifica la posición eclesiástica la proximidad de sangre en grado prohibido de los esposos, ya que el monarca y el padre de Berenguela son primos carnales.

Solucionado el pleito con Castilla, ALFONSO IX se lanza contra Portugal para recuperar algunas plazas que SANCHO I ha conquistado. Mientras los leoneses sitian sin éxito Braganza, las huestes de SANCHO I de Portugal responden a este ataque sitiando Ciudad Rodrigo. En lucha con los musulmanes, ALFONSO IX toma el Algarbe y repuebla el territorio reconquistado.

Nace Fernando -futuro Fernando III el Santo- hijo de ALFONSO IX, rey de León y BERENGUELA de Castilla hija primogénita del rey ALFONSO VIII de Castilla. Viene a nacer en un momento en que sus progenitores luchan denodadamente ante la curia pontificia por mantener la licitud canónica de su enlace matrimonial (1197), denunciado en su día por el Papa CELESTINO I.

El papa INOCENCIO III dicta sentencia de nulidad del matrimonio efectuado entre ALFONSO IX rey de León y BERENGUELA (1197), mediante bula de esta fecha, calificándola de «incestuosa unión» a la par que se declara a los cinco hijos nacidos -Leonor, Constanza, Fernando, Alfonso y Berenguela- excluidos de derecho a la sucesión del trono paterno.