La situación matrimonial de ALFONSO IX de León y BERENGUELA se hace cada vez más insostenible por la rotunda prohibición del Papa INOCENCIO III que además ha excomulgado a los reyes hasta la disolución de su matrimonio. Por ello se reúne un Concilio en Salamanca para tratar sobre el tema. Los reyes, finalmente, deciden cumplir las órdenes del papa y a dar por finalizado su matrimonio, del que han nacido ya cinco hijos. BERENGUELA se marcha a Castilla y es absuelta de la excomunión que pesa sobre ella y algunos meses después también será absuelto el rey.

La anulación del matrimonio de ALFONSO IX de León y BERENGUELA y la consecuente orden del papa de que sean devueltas las plazas que sirvieron de arras, origina un enfrentamiento que no se resuelve hasta la fecha, en que los monarcas castellano -ALFONSO VIII- y leonés -ALFONSO IX- se reúnen en Cabreros y, por el Tratado de Cabreros que suscriben, dan en tenencia a FERNANDO, hijo de ALFONSO IX y BERENGUELA, las plazas que habían sido arras y dote de su madre. Además, se reconoce a FERNANDO como heredero de León, en detrimento de su hermano, también llamado Fernando e hijo de TERESA de Portugal, primera esposa de ALFONSO IX.

Con ello queda invalidado lo dispuesto en su día por el Pontífice. Aunque éste, con el tiempo, también dará su sanción, pues la insalvable ilegitimidad de origen del futuro rey FERNANDO -que aún no ha cumplido los cinco años- quedará subsanada mediante su consideración como hijo adoptivo del leonés conforme a la costumbre del reino.

En la fecha, ALFONSO VIII de Castilla y ALFONSO IX de León, vuelven a reunirse y firman en Valladolid, un acuerdo en el que establecen amistad imperecedera entre ambos reinos y el inicio de una tregua de cincuenta años. Con el restablecimiento de las buenas relaciones entre los reyes cristianos, todo está a punto para combatir decididamente a los musulmanes.

ALFONSO VIII rey de Castilla, ha solicitado una cruzada al papa INOCENCIO III para luchar contra Al-Nasir. El Papa la concede y es predicada por D. Rodrigo, arzobispo de Toledo, a partir de la fecha. ALFONSO IX de León se niega a participar en la cruzada encabezada por ALFONSO VIII de Castilla contra los almohades al denegársele las peticiones que hace en contrapartida. Pese a ello, sí participarán en la misma muchos caballeros leoneses, gallegos y asturianos que lucharán a título personal en la campaña que culminará en las Navas de Tolosa. La negativa de ALFONSO IX a participar se basa en la reclamación a Castilla de unas plazas que considera suyas, plazas que ocupará aprovechando la contienda castellana contra «Miramamolín».

En la Península Ibérica, los reinos cristianos se reúnen en Coimbra y establecen un pacto por el que Castilla, León y Portugal se respetarán mutuamente y combatirán a los musulmanes desde sus fronteras respectivas.

La muerte de Alfonso VIII de Castilla lleva a ALFONSO IX de León a participar directamente en los asuntos castellanos. Como consecuencia de las luchas internas que se producen en Castilla durante la minoría de edad de ENRIQUE I, ALFONSO IX se reúne con éste y sus partidarios en agosto de 1216. El plan de algunos castellanos es conseguir la boda de ENRIQUE I con Sancha, la hija mayor de ALFONSO IX y su primera esposa TERESA de Portugal. De esta forma se unirían ambos reinos y se apartaría a FERNANDO, hijo de ALFONSO IX y BERENGUELA, de su posible sucesión al trono.

BERENGUELA acude a Valladolid y el 2 de julio de 1217 efectúa simultáneamente la posesión del trono y la renuncia en favor de su hijo FERNANDO que reinará como FERNANDO III de Castilla (1217-1230). FERNANDO será un prodigio de inteligencia, cautela, oportunismo y humanidad. Incluso la crueldad, cuando la administre, estará calculada para evitar mayores males al adversario. Recibirá el sobrenombre de «el Santo» ya que llegará a ser canonizado. FERNANDO se distinguirá por su devoción, su habilidad en el terreno militar, su capacidad legislativa y su dedicación a la repoblación y construcción.

Al tener noticia de la coronación de su hijo FERNANDO, ALFONSO IX, rey de León, aprovecha la circunstancia para intentar recuperar para su reino las plazas que forman el Infantado de FERNANDO. Se lanza al asalto de Castilla y avanza sin grandes dificultades. El 11 de noviembre de 1217 se firma una tregua. En ella, FERNANDO III, rey de Castilla, no tiene inconveniente en dejar que su padre, ALFONSO IX, se quede con las plazas que ha conseguido.

FERNANDO III firma la paz con su padre, ALFONSO IX. Estos enfrentamientos -sin embargo- acarrearán un profundo distanciamiento personal