En 1910, cuando LERROUX domina en el Ayuntamiento de Barcelona, es acusado de irregularidades administrativas y tiene que abandonar la conjunción republicano-socialista aliándose con la Unión Republicana de SOL y ORTEGA. A partir de entonces sus posiciones van adquiriendo un tono cada vez más moderado.

El 1914, la Unión Federal Nacionalista Republicana (UFNR) firma el Pacte de Sant Gervasi con el Partit Radical de Alejandro LERROUX para intentar superar a la Lliga en las elecciones a diputados a Cortes de 1914. Los resultados demuestran que el pacto no es asumido por las bases, ya que los dos partidos juntos tienen menos votos que por separado. Este fracaso conducirá a la UFNR a su disolución. Los primeros disidentes se organizan en una Esquerra Catalanista, liderada por Rovira i Virgili que acabará ingresando en la agonizante Unió Catalanista.

La Asamblea de Parlamentarios ha sido organizada por CAMBÓ en Barcelona al frente de la Lliga, ante la debilidad del sistema, para forzar a una convocatoria de Cortes que se traduzca en la redacción de una nueva Constitución. Pero el 19 de julio tiene lugar la disolución de la Asamblea de Parlamentarios, porque, aunque los catalanistas están dispuestos a liquidar el sistema constitucional, temen una revolución “obrera”, de manera que rehúsan apoyar a socialistas y anarquistas y, posteriormente, condenan asustados sus acciones violentas. A los militares junteros y a los catalanistas les asustan hechos tales como que los socialistas han trasladado alijos de armas y municiones. –”Yo transporté armas y municiones en Bilbao, yo personalmente”, dirá Indalecio Prieto poco después en las Cortes– con la intención de apoyar la revolución con las bocas de los fusiles. No iba a ser, por otra parte, la última vez que lo hicieran para derrocar un Gobierno legítimamente nacido de las urnas. LERROUX , por su parte, también participa en la Asamblea de Parlamentarios de este año.

El 17 de agosto de 1930 se reúnen en un local de la calle Garibay de San Sebastián, los representantes del republicanismo (o sea, los no monárquicos de oposición) de todo el Estado para pactar la instauración de la República. A esta reunión, que posteriormente se conocerá como el “Pacto de San Sebastián”, acuden Alejandro Lerroux, del Partido Republicano Radical (PRR), aunque en este momento representando a la Alianza Republicana; Manuel Azaña, de Acción Republicana (AR), también representando a la Alianza Republicana, Marcelino Domingo, Álvaro de Albornoz y Ángel Galarza, por el Partido Republicano Radical-Socialista (PRRS); Niceto Alcalá Zamora y Miguel Maura, de Derecha Liberal Republicana (DLR); Manuel Carrasco i Formiguera, por Acció Catalana; Macià Mallol, por Acció Republicana de Catalunya; Jaume Aiguader, por Estat Català; Santiago Casares Quiroga por la Organización Republicana Gallega Autónoma (ORGA). Como invitados a título individual asistían Felipe Sánchez Román, Eduardo Ortega y Gasset e Indalecio PRIETO. Se acuerda, entre otras cosas, la creación del denominado Comité de la Conjunción, que pronto se transformará en Gobierno Provisional de la República.

Llegado octubre, y sin más dilación, se forma el Gobierno provisional republicano. Horas y horas de discusión en la biblioteca de la casa de Miguel MAURA, sentados frente a la gran chimenea. Al principio, las diferencias están bien definidas: por un lado, MAURA y ALCALÁ-ZAMORA; por el otro, todos los demás, partidarios de completar la revolución para evitar cualquier riesgo de vuelta atrás. Esto es, defienden, por ejemplo, la nacionalización de la Banca y el reparto de tierras. Los dos representantes del conservadurismo se oponen, argumentando que sólo logrará consolidarse una república basada en la moderación. Las discusiones se extienden hasta tocar la figura del Rey y el papel de la Iglesia. Los republicanos debaten el papel que ha de asignarse a LERROUX. Éste es, junto con AZAÑA, el republicano por excelencia, pero no está claro dónde puede encajar. Prevalece la propuesta de los socialistas, que también se han incorporado al proyecto republicano, y enviado a Exteriores. La Presidencia del Gobierno provisional republicano no se discute, recae en ALCALÁ-ZAMORA

La caída del Gabinete AZAÑA plantea una difícil situación política. El jefe del Estado pretende que LERROUX reagrupe a los partidos republicanos y que mantenga la vida de las Constituyentes, pero haciendo pasar a los socialistas a la oposición. Lo primero lo consigue a medias, tras negociar con la izquierda republicana el concurso gubernamental de algunos de sus notables. El Gobierno formado el 12 de septiembre integra a miembros de seis partidos, aunque dista mucho de estar respaldado por una coalición parlamentaria estable. El otro empeño es mucho más difícil, y hay motivos para creer que tanto el presidente de la República como el del Gobierno buscan un fracaso que les permita disolver las Cortes. Sin el apoyo de los socialistas, que lógicamente reciben muy mal su apresurada expulsión del Ejecutivo y dan por concluido el pacto de la Conjunción, la gobernabilidad exige el concurso parlamentario de todas las minorías republicanas. Pero es difícil de creer que los radicales se avengan a gobernar con un Parlamento cuya acción legislativa llevan dos años combatiendo.

En España, se nombra el V Gobierno de la República (12/9/1933-8/10/1933) presidido por Alejandro LERROUX García. Resultará ser tan efímero que el señor SANCHEZ ALBORNOZ, que está en Argentina al ser nombrado ministro, no llega a tomar posesión, ya que al desembarcar en España ha dejado de serlo.

A finales de septiembre, se produce la definitiva escisión del radical-socialismo, y aunque la fracción mayoritaria de Félix Gordón Ordax no parece tener ningún inconveniente en colaborar con los radicales, la minoría que encabeza Marcelino Domingo, constituida en Partido Radical Socialista Independiente, arrastra en la escisión a casi la mitad de los diputados del PRRS, que muestran su hostilidad a pactar con LERROUX. Cuando, tras muchas dilaciones, éste presenta su Gobierno al Congreso, el 2 de octubre, acusa al conjunto de la izquierda de haberse divorciado de la opinión. Como es de esperar, sus nuevos socios gubernamentales responden apoyando la moción socialista de no confianza y el Gabinete cae, parlamentariamente virgen, en la fecha, a los veintiséis días de su constitución.

Por segunda vez, LERROUX es el encargado de formar gobierno. Será el VII de la República (16/12/1933 – 3/3/1934). Lo constituye un equipo ministerial basado en el PRR, del que desaparecen los republicanos de izquierda y entran, por el contrario, un liberal-demócrata y un agrario. LERROUX se dispone a suspender las leyes más conflictivas promulgadas por las primeras cortes (ley de reforma agraria, de divorcio, etc.), lo que provoca un aumento de la tensión social. En España, la izquierda está alarmada, convencida que detrás de Gil ROBLES se esconde la amenaza del fascismo. En 1934 el fascismo se extiende por Europa, las dictaduras reemplazan a las democracias parlamentarias. Los socialistas españoles temen que lo mismo ocurra en España si la CEDA ocupa el poder. Por eso, para calmarlos, se forma un gobierno de centro dirigido por el jefe del Partido Radical, Alejandro LERROUX. Gil Robles y la CEDA lo apoyan pero no entran a formar parte del mismo, a pesar de que es el partido más votado. Esperan la ocasión más propicia para hacerse con el poder. Mientras tanto, la sustitución de las escuelas religiosas por las laicas se pospone, la Reforma Agraria se abandona en gran medida, y se produce una amplia amnistía política hacia los conspiradores de 1932.

El último Gobierno formado por Lerroux dura poco, al verse condicionada por los inevitables ajustes que conlleva la búsqueda de una mayoría parlamentaria estable. Pero la disidencia de la fracción radical-demócrata dentro del PRR, que encabeza Martínez BARRIO, ministro de Gobernación, acarrea su dimisión y la de otros ministros, lo que fuerza a Lerroux a una reorganización de su Gabinete, realizada el 3 de marzo. VIII Gobierno de la República (3/3/1934-28/4/1934). Presidente del Gobierno: Alejandro LERROUX.