La política exterior de España se dirige hacia Austria, y el encargado de hacer realidad el acercamiento es el nuevo primer ministro, el holandés Johann Wilhelm, barón de Ripperdá. Éste proyecta casar al infante CARLOS (futuro Carlos III) con MARÍA TERESA de Austria. ISABEL de Farnesio anhela sobre todo que sus hijos accedan a algún trono europeo. Se firma, al respecto, el Primer Tratado de Viena.

Rusia firma una alianza con Austria.

El emperador CARLOS VI incumple el Tratado de Viena, firmado con España, al negarse a entregar a su hija, la archiduquesa MARÍA TERESA, como esposa del príncipe español CARLOS (Carlos III). Este incumplimiento por parte de CARLOS VI del Tratado de Viena, hace que, el 9 de noviembre de 1729, España firme con Inglaterra, Francia y los Países Bajos, el Tratado de Sevilla (firmado en esta ciudad andaluza, donde en estos momentos está la Corte española, permaneciendo en Andalucía hasta 1733), en el que son reconocidos los derechos de los infantes CARLOS (Carlos III) y Felipe a los ducados italianos de Parma, Piacenza y Toscana. Además, con esta alianza España queda integrada en el sistema de equilibrio europeo. Por otra parte, los planes de Isabel Farnesio para dotar convenientemente a sus hijos se van cumpliendo.

Se firma el Segundo Tratado de Viena, que constituye una cesión de CARLOS VI ante Gran Bretaña: CARLOS VI sacrifica sus intereses comerciales a cambio de que Gran Bretaña y las Provincias Unidas reconozcan la Pragmática Sanción, por la que el Emperador altera el orden sucesorio previsto, a favor de su hija MARÍA TERESA y en perjuicio de sus sobrinas, las hijas de José I, a quienes retornan los derechos sucesorios al no tener CARLOS VI hijos varones.

Habiendo fallecido Augusto II, rey de Polonia, estalla la llamada Guerra de sucesión Polaca (1733-1735) ya que los posibles herederos a los tronos respectivos no están de acuerdo en aceptar la Pragmática Sanción promulgada por CARLOS VI en 1713. Austria y Prusia defienden la candidatura del hijo del rey muerto, AUGUSTO III (1733-1763), hijo de Augusto II y de Cristina Eberhardina de Brandeburgo. Francia apoya al suegro de LUIS XIV, ESTANISLAO I Leszczynski.

Se firma entre España y Francia el Tratado de El Escorial o Primer Pacto de Familia, en cuya parte pública el rey francés ratifica los derechos del príncipe CARLOS (Carlos III) sobre los ducados italianos y se compromete a trabajar para que reciba Nápoles y Sicilia; a cambio, FELIPE V se suma a la oposición a la Pragmática y al matrimonio de MARÍA TERESA, hija de CARLOS VI, con el DUQUE DE LORENA. En las cláusulas secretas, LUIS XV se compromete a obtener de Inglaterra la devolución de Gibraltar a España, servicio que se le pagará con las ventajas comerciales que respecto a España disfrutan los ingleses.

El ejército austríaco es vencido por tropas franco-sardas en Parma, y por tropas españolas -que intervienen en favor del candidato francés ESTANISLAO I- en Bitanto (Italia)

En la Conferencia Imperial que se celebra en la fecha en Viena se toma la decisión que los exiliados por causa de la Guerra de Sucesión de Polonia (1733-1738), principalmente de Nápoles y Sicilia, que huyendo de los ejércitos de FELIPE V de España, pretendan vivir en Austria y disponer de ayudas del estado para ello, han de ser confinados al Banato de Temesvar, una región recientemente conquistada a los turcos donde se está haciendo un importante esfuerzo colonizador. Allí han de habitar una ciudad que se ha de llamar Carlaggaben en honor del emperador, pero que muy pronto se empezará a conocer como la Nueva Barcelona ya que estos exiliados residentes en Nápoles y Sicilia son a su vez los catalanes exiliados, o sus descendientes, de la Guerra de Sucesión Española. Así, pues, 20 años después la historia es a punto de repetirse para los que a partir de 1714 huyeron de las fuerzas borbónicas en el asedio de Barcelona.

MARíA TERESA de Austria desde muy joven se había iniciado en la política y en la administración de los Estados. Inteligente, dotada de un gran sentido práctico, decidida, voluntariosa y firme de espíritu, fue también una mujer alegre, de modales sencillos y espontáneos, llena de encanto; le gustaban a un tiempo las fiestas y la vida familiar, lo que no le impidió ejercer muy conscientemente y con gran celo su «oficio de rey». Muy imbuida de principios religiosos y conservadora por temperamento, volcó toda su actividad en consolidar la monarquía, tras las horas sombrías del principio de su reinado. Hasta FEDERICO II de Prusia, su gran enemigo, reconoció su valía: «Por una vez que los Habsburgo tienen un gran hombre, es una mujer»

La archiduquesa de Austria MARÍA TERESA, hija del emperador CARLOS VI, se casa con FRANCISCO III de Lorena (futuro emperador del SIRG Francisco I, 1745-1765). Es una unión, que por una vez, no es el resultado de un cálculo político. Para CARLOS VI es el día más feliz de su vida de soberano, por lo general más bien llena de sacrificios y con pocas glorias. Sin embargo, sufrirá porque su hija sólo tendrá tres hijas en sus cuatro primeros años de matrimonio y ningún heredero varón. CARLOS VI no vivirá para ver el nacimiento de este varón ni cuántos hijos MARÍA TERESA iba a dar a su querido esposo, dieciséis en total de los cuales diez llegarán a adultos.