Toda Rumanía, Serbia y Montenegro, la mayor parte de Albania y una esquina de Grecia están sujetas al control de las potencias centrales. Desde Salónica en Grecia, los aliados incrementan lentamente sus fuerzas militares constituyendo el «Frente de Salónica».

Se designa a la antigua familia real serbia -KARAGEORGEVIC- para que rija el nuevo Estado y se proclama rey a PEDRO I (1918-1921), bajo la regencia de su hijo ALEJANDRO. De hecho, la monarquia KARAGEORGEVIC querrá preservar el Estado mediante el autoritarismo real y con la creación de un falso nacionalismo yugoslavo que disimulará mal su profunda naturaleza panservia.

El punto undécimo de los famosos «Catorce Puntos» del presidente estadounidense Wilson está íntegramente consagrado a esa nueva Gran Serbia, que ve así recompensados sus esfuerzos bélicos en favor de los aliados: «Rumania, Serbia y Montenegro deberán ser evacuadas; los territorios ocupados deberán ser restaurados; a Serbia deberá garantizársele un acceso libre al mar; las relaciones entre los estados balcánicos deberán ser determinadas por un intercambio amistoso de opiniones basadas en sus elementos comunes tradicionales y nacionales, históricamente establecidos; deberán darse garantías internacionales de independencia política, económica y de integridad territorial en favor de esos diferentes estados».

En la fecha, Belgrado, capital de Serbia, ha «completado su reorganización» para convertirse en el «Reino de los serbios, croatas y eslovenos», (en 1929 este nombre se cambiará por el de «Yugoslavia»). No se hace mención sobre la amplia serie de minorías no eslavas: alemanes, húngaros, albaneses, italianos y griegos, que vivirá en el mismo territorio. Yugoslavia sobrevivirá como un solo Estado desde 1919 hasta 1941.

El cataclismo que ha supuesto la I Guerra Mundial ha dejado a Europa maltrecha, desorganizada y en desesperado riesgo de un conflicto renovado. Las batallas de 1914-1918 han sido devastadoras, pero no han decidido nada. Alemania, considerada por muchos como la culpable del comienzo de la guerra, ha quedado derrotada, pero no invadida ni destruida. Los aliados empiezan sus labores de negociación entre sí, el 18 de enero de 1919. Están presentes en la Conferencia, Georges Clemenceau (Francia), David Lloyd George (Gran Bretaña), Víctor Manuel Orlando (Italia) y Woodrow Wilson (EEUU). Serbia, aunque es una de las potencias vencedoras no participa en la Conferencia de Paz. Desde el primer momento surgen diferencias entre las aspiraciones estadounidenses y europeas; frente a los objetivos de EEUU., de carácter global, Gran Bretaña, Francia e Italia buscan soluciones urgentes a sus reivindicaciones particulares. Así, Wilson plantea la creación de un órgano supranacional, la Sociedad de Naciones, destinada a solucionar conflictos ulteriores sin el recurso a las armas.

En el Tratado de Versalles se proclama el «Reino de los serbios, croatas y eslovenos». Este nuevo Estado supone el sueño medieval de la Gran Serbia, que extiende así su dominio práctico sobre todos los eslavos del sur y que une, por primera vez, a pueblos que no han tenido nunca nada en común, ni lengua, ni alfabeto, ni religión, ni la manera de comprender el mundo en que viven, excepción hecha de sus remotos orígenes eslavos.

En el «Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos», el heredero, ALEJANDRO, actúa como regente, pues su padre, PEDRO I, está incapacitado para reinar. PEDRO I muere el 16 de agosto de 1920.

El jefe del Partido campesino croata, Esteban RADIC, firme partidario de la autonomía de su nación, es herido de un disparo por un extremista serbio y muere en la fecha. También son asesinados, el mismo día, dos diputados croatas en el Parlamento. Los diputados croatas abandonan entonces el Parlamento y crean una asamblea propia en su capital, Zagreb. Los croatas, encabezados ahora por Vladimir MACEK, son católicos, utilizan el alfabeto latino y se consideran más civilizados que los dominadores serbios (que son ortodoxos y escriben con caracteres cirílicos). Los croatas demandan mayor autonomía.

En Yugoslavia se ha desencadenado una sangrienta guerra civil en tres frentes. Por un lado estan los «ustashe», croatas pronazis, mandados por Ante PAVELIC, que se dedican a masacrar a los serbios, judíos y gitanos instalados en los territorios que controlan, para los cuales se diseña también una «solución final»: 800.000 Serbios, 100.000 gitanos y 35.000 judíos (de entre todos ellos, 44.000 menores de 14 años) son asesinados por los «ustashe» y los alemanes. Por otro lado estan los «chetnihs», milicianos monárquicos, mandados por Draza MIJAILOVIC que propugann la Gran Serbia y son fieles a la casa real de los KARAGEORGEVIC. Y, en tercer lugar, están los guerrilleros partisanos comunistas de Josip Broz, universalment conocido como TITO, que luchan por un estado federal.

El Frente Nacional (coalición de partidos dominada por los comunistas) vence en las elecciones para la Asamblea que suprime la monarquia -imposibilitando el regreso de PEDRO II- y proclama la República ratificando, en la fecha, a TITO. La victoria de TITO -por cierto, un croata de orígenes eslovenos- y sus partisanos comunistas supone la derrota tanto de alemanes y «ustachi» como de los partidarios de la restauraciòn monárquica. Terminada la segunda guerra mundial, Serbia se integra en la República Socialista de Yugoslavia proclamada por Tito y los comunistas.