Musulmanes norteafricanos que a partir del siglo VIII inician ataques cada vez más fuertes sobre Sicilia, la invaden en 827 desembarcando en Mazara del Vallo y encontrando fuertes resistencias, más que de las guarniciones bizantinas, de la población cristiana que les responde con una larga y sangrienta lucha. Fundan en la isla el Emirato de Sicilia (827 –  902) llevando a la isla a un gran esplendor.

Los musulmanes establecidos en Sicilia, capturan Bari, al sur de la península itálica y convierten la ciudad en centro del emirato que aterrorizará el sur de Italia y el Adriático.

El papa LEÓN IV firma, en el año de la fecha, una alianza con varias ciudades griegas de Italia, formando una flota y derrotando con ella a los musulmanes cerca de Ostia causándoles graves pérdidas. De hecho los musulmanes que ocupan Sicilia desde el año 827, han intentado en diversas ocasiones llegar hasta Roma.

En 860, vencida toda resistencia en Sicilia (excepto Siracusa y unos puntos más en la costa oriental) con una ulterior represión feroz, los musulmanes tratan a los vencidos con espíritu conciliador y humanitario, instalando un periodo de convivencia pacífica que se verificará con un fuerte desarrollo civil y económico. Toda la Isla gozará de grandes ventajas, gracias a la civilización musulmana. Estos introducirán sustanciosas innovaciones en el campo de la agricultura con el cultivo de agrios, de higos chumbos y con la cría de gusanos de seda. La economía y las artes renacerán; la artesanía se enriquecerá con nuevos elementos decorativos y técnicas innovadoras. La arquitectura desarrollará nuevas formas con la construcción de las mezquitas, del Palacio Real de Palermo y otros monumentos de los que actualmente quedan solamente pocos pero significativos vestigios. La corte de los Emires musulmanes será frecuentada por literatos, poetas, filósofos y hombres de ciencia, Palermo y Sicilia se convertirán en un centro de civilización y cultura siendo la vía hacia el Occidente todavía bárbaro y feudal.

Los musulmanes establecidos en Palermo (Sicilia), conquistan Siracusa, capital provincial del Imperio bizantino haciéndose dueños de Sicilia, desde donde verificarán irrupciones en Italia desolando los alrededores de Roma, profanando las tumbas apostólicas y cobrando tributos a los papas. Llevaban cerca de cuatro siglos siendo una amenaza para la paz e independencia de los cristianos de Europa.

Entre los años 999 y 1042, la participación de los normandos en la vida política de la península italiana se había limitado a su intervención como mercenarios, en ocasiones para el Imperio bizantino y en otras ocasiones al servicio de nobles lombardos. Posteriormente, los normandos comenzarían una conquista más organizada del territorio. En 1035 hicieron su aparición en tierras italianas Guillermo Brazo de Hierro y Drogo de Hauteville, los dos hijos mayores de Tancredo de Hauteville, un noble de menor importancia de la región de Cotentin, en Normandía. Los dos hermanos unieron sus fuerzas a la revuelta de los lombardos contra el control bizantino de Apulia. En 1042 se eligió la ciudad de Melfi como nueva capital normanda, y en septiembre de ese año los normandos eligieron a Guillermo Brazo de Hierro como su conde. Éste sería sucedido por sus hermanos Drogo y Hunifredo de Hauteville que llegó a la región alrededor del año 1044.

El proceso de romanización a lo largo de la Alta Edad Media, culminará hacia el año 1000. En adelante se consolidará un sistema de vida que, con facetas sociales, políticas y económicas, definirá y regulará el resto de la época medieval. El nombre de este régimen: el feudalismo. En este período de esplendor, que se prolongará hasta el siglo XIII, casi no habrá ninguna región europea ajena a este modo de organización. De sus inicios entre los ríos Loira y Rin se ira extendiendo a Borgoña, Provenza, Aquitania, norte de Italia, Alemania y Catalunya. Los normandos lo implantarán en Sicilia, la Italia meridional y luego en Inglaterra, donde el sistema adquirirá rasgos propios.

La ocupación de Sicilia por los sarracenos hace ya unos años,  mueve a SERGIO IV a animar a los príncipes de la cristiandad a que combatan contra ellos, por lo que se le recuerda como el primer papa que piensa en la realización de una cruzada. Por otra parte, durante la dominación musulmana, que durará tres siglos, tienen lugar luchas intestinas entre Griegos, Musulmanes y Cristianos, originándose revueltas como la famosa del arancel sobre el impuesto del trigo.

La Italia meridional nunca ha formado parte de los Estados Pontificios, pero sí ha estado sujeta a vasallaje de éstos durante el periodo de dominación normanda (1017 – 1139). En 1059, mediante el concordato de Melfi, dimanado del concilio celebrado en esta ciudad, el papa NICOLÁS II otorga a los normandos Ricardo de Aversa la investidura del principado de Capua, y a ROBERTO Guiscardo, el Zorro, la del ducado de Apulia y de Calabria, así como, para un futuro, del señorío de Sicilia. Como contrapartida a la unción papal con que se ven dignificados, se comprometen éstos a prestar vasallaje al sumo pontífice en todo momento.

En el año 1061, los Normandos, después de haber conquistado en la península Itálica, Pulla y Calabria, ocupan la ciudad de Reggio, dominando el estrecho de Mesina. Desde aquí se inicia la conquista normanda de Sicilia que concluirá treinta años después en 1091, con la aniquilación de la armada sarracena. El papa ALEJANDRO II moviliza, bajo su égida y hace predicar la Guerra Santa: la primera vez es cuando los normandos empiezan su conquista de Sicilia, en 1061, bajo la bandera del Papa y su bula general para los combatientes. Para esta conquista, se envía a Roger I, el hermano más joven de ROBERTO Guiscardo, el Zorro.