CONCILIOS Y SÍNODOS DIVERSOS DE LA IGLESIA CATÓLICA

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Concilio de Laodicea. Se insiste en la observancia del domingo como día de descanso civil.


Concilio de Laodicea. Entre otros temas, se insiste en la observancia del domingo como día de descanso civil. Tema ya considerado en el Concilio de Elvira (306) y en una ley constantiniana del 321. También se indica que las mujeres no pueden ser ordenadas. Esto podría sugerir que antes de esta fecha se realizaba la ordenación de mujeres.

El Concilio de Zaragoza insiste, como el de Elvira (312), en temas relativos a la continencia clerical.


Por otra parte, el Concilio de Zaragoza que se celebra en la fecha, insiste, como el de Elvira (306), en temas relativos a la continencia clerical, a las vírgenes consagradas, a la observancia cultural y de prácticas ascéticas; precisando y condenando abusos. Así, condena en su primer canon las reuniones de mujeres solas para aprender o enseñar o que asistan a las lecciones de hombres donde no estén sus maridos. Los cánones segundo y cuarto aluden a prácticas comunes: que no se ayune en domingo, que no se falte durante la semana a los cultos en las iglesias, que no se tengan reuniones ocultas o en los montes, en particular en los días que van del 17 de diciembre al 6 de enero. El tercero prohíbe llevarse la eucaristía a casa; ha de tomarse en la iglesia, al comulgar. El sexto rechaza al clérigo que por parecer más observante se hace monje. El séptimo, que nadie se llame “doctor” si no se le ha conferido ese título. A través de estos cánones conciliares se desprende un ideal de perfección, un exagerado cultivo del mismo y las graves deficiencias que lo rodean.

Celebración de un Concilio en Zaragoza. El tema principal: doctrina de Prisciliano.


Las denuncias contra PRISCILIANO provenientes de Hidacio, obispo de Mérida, y de Itacio, obispo de Algarve, ambos apoyados en la autoridad del emperador de Occidente GRACIANO, conducen a la celebración, en la fecha, de un Concilio en Zaragoza. Este Concilio, el primero conocido de la Tarraconense, se saldará con la absolución de PRISCILIANO y sus seguidores, aunque se condenarán algunos de sus ritos, demasiado vehementes para la ortodoxia romana. Tras esta victoria, PRISCILIANO es nombrado, por obispos adeptos, obispo de Ávila. Durante dos años se mantendrá la tregua entre las dos interpretaciones del cristianismo.

Se destituye a los obispos arrianos y se pide la intervención del emperador para aplicar la sentencia.


En Occidente, el concilio reunido en Aquileya (En el Adriático, cerca de Trieste) por el emperador GRACIANO sólo logra reunir a algunos obispos de la alta Italia y de la Galia. Se destituye a los obispos arrianos de Iliria y se pide -a través de AMBROSIO de Milán- la intervención del emperador para la aplicación de la sentencia.

El Sínodo de Roma encarece a DÁMASO I la confección de un nuevo texto latino de las Escrituras.


Se celebra, en la fecha, un Sínodo en Roma. Rechaza el canon tercero del Primer Concilio de Constantinopla celebrado el pasado año e insiste en que la primacía de Roma proviene de las palabras de Cristo: «Tú eres Pedro, y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia». Por otra parte se considera que los cristianos, emplean la versión griega de la Biblia llamada de los Setenta, preparada seiscientos cincuenta años antes. El Sínodo de Roma encarece al pontífice DÁMASO I, la confección de un nuevo texto latino de las Escrituras. El papa, elegirá para esta ímproba y trascendente tarea a JERÓNIMO, quien ya es conocido en Oriente como hombre de gran saber y valía.

El usurpador Magno Máximo convoca un concilio en Burdeos para tratar del Priscilianismo.


En la fecha, con la llegada al trono imperial del usurpador MAGNO MÁXIMO, el obispo ITACIO -con relación al priscilianismo- repite la maniobra que ha llevado a cabo ante Graciano, aunque con más energía, ya que añade al maniqueismo las acusaciones de brujería y explotación de mujeres. MAGNO MÁXIMO, deseoso de ganarse a la Iglesia, a su vez necesitada de amparo institucional para enfrentarse a los numerosos movimientos disidentes que la asedian (arrianos, rigoristas, binionitas, patripasianos, novacianos, nicolaitas, ofitas, maniqueos, homuncionitas, catáfrigos, borboritas, o los propios priscilianistas), convoca un concilio en Burdeos para tratar la cuestión. Éste se celebrará entre 384 y 385.

Prisciliano es llamado a Burdeos para aclarar la situación en un Concilio. Prisciliano se niega a asistir.


Concilio de Burdeos (384-385). Después de muchas vicisitudes, en el año 384, PRISCILIANO es llamado a Burdeos para aclarar su situación ante el Concilio, pero PRISCILIANO se niega a asistir. Por su parte, INSTANCIO, seguidor de PRISCILIANO, se ve despojado de su carácter episcopal. Salviano, otro seguidor de PRISCILIANO ya ha muerto.

Concluye el Concilio de Burdeos con las condenas a muerte de PRISCILIANO.


Concluye el Concilio de Burdeos con las condenas a muerte de PRISCILIANO -que está en Tréveris solicitando sin éxito el amparo del emperador- y de algunos de sus adeptos. El emperador MÁXIMO envía dos comisarios a Hispania para depurar las sedes episcopales de todo rastro de priscilianismo, iniciándose una cadena de ajusticiamientos y deportaciones que acaban por despertar las iras de sectores de la iglesia oficial descontentos con el curso de los acontecimientos. MARTÍN de Tours, Jerónimo en Roma y Ambrosio de Milán representan una facción dentro del cuadro de ortodoxos leales a Roma, que se ha opuesto desde un principio a la injerencia imperial en asuntos eclesiásticos.

Los donatistas pierden definitivamente su lucha, cuando hace su aparición AGUSTÍN.


Concilio de Hipona (África del Norte). En este concilio, los donatistas que no sólo se oponen a que los lapsos vuelvan a desempeñar funciones eclesiales, sino que terminan por cuestionar el valor de los sacramentos administrados por sacerdotes a los que consideran indignos- pierden definitivamente su lucha, cuando hace su aparición el genio brillantísimo de AGUSTÍN. Un compendio de su doctrina sobre los sacramentos podemos encontrarlo en aquella expresión: “¿Es acaso Pedro quien bautiza? ¡Es Cristo quien bautiza!. ¿Es acaso Judas quien bautiza? ¡Es Cristo quien bautiza!”. A pesar de que los donatistas se hallan divididos, no cesan en sus actos de fanatismo y violencia.

Bajo Aurelio, se celebran en Cartago, desde 393 hasta 424, diversos concilios de enorme relevancia.


Bajo Aurelio, obispo de Cartago, se celebran en Cartago, desde 393 hasta 424, diversos concilios que tienen una enorme relevancia en la medida en que las iglesias africanas se niegan en los mismos de manera firme y repetida a reconocer ninguna jurisdicción romana sobre ellos.