El pariente pobre de los hachemitas, ABDULLAH I toma posesión del reino de Transjordania en 1949. A pesar de las derrotas árabes, el rey de Transjordania ABDULLAH I logrará ocupar la Palestina central, al oeste del Jordán (Cisjordania con Bethléem, Hebrón, Naplusa) -en donde se están refugiando varios cientos de miles de palestinos-, así como la parte este de Jerusalén, anexionando ambos territorios a Transjordania que tomará el nombre de Reino Hachemita de Jordania, por la dinastía de los hachemitas que seguirá gobernando este país hasta nuestros días.

Jordania sólo tiene 400.000 habitantes y su rey ABDULLAH I, inspirado por la tradición de la dinastía hachemita, anhela convertir en realidad el proyecto de la Gran Siria. En su deseo de salvaguardar sus posibilidades de adquirir un feudo en Palestina, este soberano nunca llega a cortar por completo los puentes con Israel. Pero por su parte, Siria, orgullosa de su recién adquirida independencia y de sus 4 millones de habitantes, es hostil al proyecto de la Gran Siria y a ningún precio desea ser absorbida por Jordania, “un país de beduinos con una aldea por capital”.

Los combates finalizan con los acuerdos de Rodas concertándose tratados de armisticio entre Israel por una parte y Egipto, Líbano, Transjordania y Siria por la otra; se fija una línea de demarcación en virtud de la cual queda aumentado el territorio de Israel, con la anexión de Galilea y de Neguev, en unos 5.000 km2 más de los que le había concedido la ONU. La franja costera a la que aspira Israel en Gaza sigue siendo ocupada por tropas egipcias y Cisjordania es anexionada por Jordania. Jerusalén, finalmente, queda dividida entre árabes e israelíes (1950). Por mediación de la ONU, Israel ingresa en la ONU (11/5).

El 11 de mayo de 1949 se firma un alto el fuego entre Israel y Jordania (que, a su vez, representa a Irak) tras la derrota de estos últimos.

A Abdullah de Jordania, le sucede su hijo el emir TALAL ibn Abdullah que es rápìdamente reconocido como alienado.

Muere asesinado ABDULLAH I, primer rey del Reino Hachemita de Jordania (1949-1951), al que los extremistas reprochan la aceptación del reparto de Palestina por Israel. Es asesinado por un palestino cuando atraviesa, en la fecha, viernes, día de la oración de los musulmanes, el umbral de la mezquita de Al Aqsa de Jerusalen. Le acompaña su nieto, HUSSEIN (futuro rey) de quince años, que sale indemne del atentado al rebotar la bala que va directa a su corazón sobre una gran condecoración colgada en su pecho. Sus súbditos lo interpretan como un presagio divino y, por otra parte, se empieza a hablar de su “baraka”, de su buena suerte. Aunque gozará del apoyo británico, no podrá concretar sus aspiraciones de reunir en un solo reino árabe los territorios jordanos: Palestina y el Líbano.

TALAL, rey del Reino Hachemita de Jordania es obligado, en la fecha, a abdicar en favor de su hijo HUSSEIN IBN TALAL (HUSSEIN I) de 15 años de edad. TALAL, hombre imbuido de patriotismo, de carácter dulce y afable, sufre ataques de esquizofrenia. Ya que la Constitución no permite que se desempeñen las funciones reales hasta cumplidos los 18 años, se forma un consejo de regencia y HUSSEIN vuelve a Gran Bretaña, a la academia de Sandhurst. Este monarca será quien le dará forma al reino jordano. El país más modesto será sin embargo quien demostrará mayor calidad militar a través de la Legión Arabe de Glubb Pacha, un inglés que instruirá a lo jordanos en las virtudes militares británicas. No obstante, los israelíes conseguirán la victoria de la Guerra de los Seis Días en la cual Jordania perdió la parte de Palestina y la parte vieja de Jerusalén, eso significaba sus ingresos por turismo y el 40% del agua, vital en un país desértico y el único sin petróleo.

Tras la Guerra de los Seis Días, la oleada de refugiados mayor se refugió en Jordania y los actos violentos de sus grupos obligaron al monarca a evitar la formación de un Estado dentro de otro que le pudiese derrocar del país. El ejército jordano expulso a los militantes de la OLP hacia el Líbano. Sin embargo, Hussein ha conseguido convertirse en un interlocutor insustituible entre occidente, Israel y el resto de los países árabes. Jordania, un país de 5 millones de habitantes, sin petróleo, esta obligado a desarrollarse por sus medios. El turismo atraído por joyas como la ciudad de Petra, restos de campamentos romanos y del primer cristianismo favorecen a un país no influido por la inestabilidad política. Sin embargo, tanto fundamentalistas como minorías como los cristianos tienen representación en el parlamento del país. La estabilidad conseguida por los hachemitas reinantes y la industrialidad palestina pueden hacer del país jordano una nación prometedora, con buenas relaciones con todos, en una región tan inestable como el Oriente Próximo.

En el Reino Hachemita de Jordania, según la Constitución de este año 1952, el poder ejecutivo lo ejerce el soberano a través de un primer ministro y su Consejo de Ministros. El legislativo compete a la Cámara de Diputados (60 miembros) y al Senado (30 miembros).

A punto de cumplir los 18 años (los cumplirá el 14 de noviembre), HUSSEIN IBN TALAL (HUSSEIN I), es nombrado rey de Jordania, sucediendo a su padre el rey Talal, depuesto por enajenación mental. El “pequeño rey” como a veces se le llamará por su corta estatura, se convertirá en un personaje muy popular en el mundo. Es rey árabe, descendiente de Mahoma, en un país en el que los palestinos son la mayoría de la población.