HISTORIA DE LA IGLESIA CATÓLICA. De Constantino al Concilio de Trento (313 - 1545)

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Historia de la Igleisa CatólicaHISTORIA DE LA IGLESIA CATÓLICA. De Constantino al Concilio de Trento (313 - 1545)

GREGORIO IX se dirige al arzobispo ASPARGO de Tarragona para que se oponga a la herejía cátara.


El papa GREGORIO IX se dirige al arzobispo ASPARGO de Tarragona diciéndole que la Santa Sede tiene conocimiento de que la herejía cátara ha penetrado en varias diócesis españolas y exhorta a dicho arzobispo y a sus sufragáneos los obispos, a que se opongan al proceso del error buscando y haciendo buscar a los herejes y sus partidarios conforme a las disposiciones de su bula de este mismo año. El arzobispo de Tarragona contacta con el provincial de los dominicos, RODRÍGUEZ de Villares, cuyas funciones se extienden a los cuatro reinos cristianos de la Península -Castilla, Corona de Aragón, Navarra y Portugal-, y le encarga que designe los religiosos de su orden que juzgue más idóneos para el empleo de inquisidor. Dicha bula es también remitida al obispo de LLeida que al punto la manda ejecutar en su diócesis, donde se establece la primera inquisición española.

Queda instituido el Tribunal de la Inquisición en Barcelona para evitar la propagación del catarismo.


En la fecha, queda instituido el Tribunal de la Inquisición en Barcelona en virtud del Breve dirigido el año anterior por GREGORIO IX al arzobispo ASPARGO, de Tarragona, en el que se le manda que para evitar la propagación de la herejía cátara proceda contra los favorecedores, defensores y ocultadores de los herejes. Poco a poco se irá introduciendo en la Corona de Aragón. Castilla, León y Andalucía cristiana como tienen escasísima relación con el sur de Francia de donde viene a Aragón la doctrina de los cátaros y valdenses no es necesaria la erección de tribunales constantes para los raros casos que en estos reinos ocurren. La Inquisición catalana tenía un funcionamiento muy especial sobre todo por lo que respecta a su actuación con los judíos. No hay constancia, o al menos no la hemos encontrado, de ninguna condena a muerte por el tribunal de la Inquisición en Catalunya desde la época de Jaime I hasta los Reyes católicos.

Durante el pontificado de Gregorio IX, los tribunales inquisitoriales se multiplican en Europa.


A partir de los años 1231-1233, durante el pontificado de GREGORIO IX, los tribunales inquisitoriales se multiplican sin un plan sistemático y organizado, sobre todo en Francia, Italia, Alemania, Países Bajos, Hungría y Bohemia. Sus titulares son preferentemente miembros de las órdenes regulares, con un neto predominio de los dominicos. Resulta indudable que inicialmente los procedimientos previstos son aplicados con un rigor tal vez excesivo, que en algunos casos degenera en verdaderos abusos. Con el tiempo la normativa será atemperada por una serie de correctivos.

FEDERICO II, ordena que cualquiera que sea condenado por herejía en todo el Imperio sea quemado vivo.


El emperador alemán, FEDERICO II, ordena que cualquiera que sea condenado por herejía en todo el Imperio -ya lo había ordenado concretamente para Lombardía y Sicilia- se le queme vivo, e implora al papa «a quien corresponde eliminar todo mal que amenace a la Religión cristiana», que coopere con él para que la locura herética pueda ser aniquilada con las dos espadas que tienen en sus manos.

JAIME I de Aragón promulga varias constituciones que tienen que ver con la persecución a los herejes.


JAIME I de Aragón promulga en Zaragoza, varias constituciones que tienen que ver con la persecución a los herejes. JAIME I actúa con asistencia y consejo de seis Obispos, de los Maestros del Templo y del Hospital, de muchos abades y otros prelados. Uno de estos decretos, dice: «En los lugares sospechosos de herejía, un sacerdote o clérigo nombrado por el Obispo, y dos o tres laicos elegidos por el Rey o por sus vegueres y bailes, harán inquisición de los herejes, con privilegio para entrar en toda casa y escudriñarlo todo, por secreto que fuese. Estos inquisidores deberán poner inmediatamente sus averiguaciones en noticia del Arzobispo u Obispo y del vicario o baile del lugar, entregándole los presos».

Los dominicos toman a su cargo el aspecto doctrinal y legal de la Inquisición.


Los obispos de estos tiempos, son en su mayoría personas ignorantes por lo que su labor para hacer desistir a los herejes progresa lentamente y en cambio las herejías se extienden con rapidez. En vista de la poca eficacia de los obispos -en carta muy importante del papa GREGORIO IX, fechada en abril de 1233, se describe a los obispos como agobiados por un «torbellino de vigilancias» y por «inquietudes abrumadoras»- los dominicos toman a su cargo el aspecto doctrinal y legal de la Inquisición. Se trata de unificar la legislación contra los herejes y de confiar comisarios pontificios el cuidado de juzgarlos. Según se va haciéndo más aparente la necesidad de tribunales especiales y permanentes, todas las razones aconsejan que estén por encima de las envidias y enemistades locales que pueden inducir a perjudicar al inocente, y de los favoritismos, también locales, que pueden conspirar a la impunidad del culpable.

Las tropas cristianas ocupan a lo largo de 1234 toda la zona montañosa situada entre Teruel y Valencia.


Las tropas cristianas ocupan a lo largo de 1234 Almassora, Castelló, Borriol, Coves de Vinromà, Vilafamès y el territorio del castillo de Alcalatén, es decir, toda la zona montañosa situada entre Teruel y Valencia, lugares que se empiezan a repoblar con cristianos. JAIME I no propicia la despoblación de las tierras de sus primitivos habitantes moros sino que procura mantener a la gente en sus casas, porque no tiene capacidad para atraer un número de repobladores cristianos capaz de sustituir a los habitantes moros, con lo cual, en caso de quedar vacías las tierras, la economía se iría a pique, y, por supuesto, la posibilidad de recaudar impuestos desaparecería. La iglesia no fomenta tampoco la marcha de la población musulmana, porque igualmente recibe diezmos de ellos.

Cruzada contra los campesinos de Stedingen, junto al Weser inferior, al mando del arzobispo de Brema.


Cruzada contra los campesinos de Stedingen, junto al Weser inferior, al mando del arzobispo de Brema.