PRINCIPADO DE CATALUNYA

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Las fuerzas reales españolas conjuntamente con las catalanas atraviesan los Pirineos e invaden el Rosellón.


Vuelve otra vez la guerra entre España y Francia (Dentro del ámbito de la Guerra de Holanda (1672-1678) que se prolongará de manera intermitente en suelo catalán hasta el año 1678. De nuevo el Principado tiene que contribuir con hombres y dinero. Un espíritu bélico se iba apoderando de Catalunya naciendo por todas partes partidas de miquelets, guiadas por caudillos populares, como el Trinxeria y el batlle de Bassegoda. Se forman también los tercios de Barcelona, de la Diputación y de las principales ciudades de Catalunya. Las fuerzas reales conjuntamente con las catalanas atraviesan los Pirineos e invaden el Rosellón.

FELIPE V acepta efímeramente las demandas de Catalunya de comercio directo con América.


En el último tercio del siglo XVII se reemprendieron las demandas del Principado de Catalunya de comercio directo con América, efímeramente aceptadas por Felipe V en la corte de Barcelona (1701-1702).

Felipe V, dentro de un contexto de guerra internacional, reúne las Cortes Catalanas.


FELIPE V, dentro de un contexto de guerra internacional -ya se ha firmado la Gran Alianza de la Haya-, reúne las Cortes Catalanas desde el 12 de octubre de 1701 hasta el 14 de enero de 1702. En el reinado de Carlos II no se ha hecho ninguna convocatoria general de las Cortes Catalanas. Hay que tener en cuenta que las últimas cortes celebradas en un período de normalidad y efectivamente terminadas se han producido en 1599. Durante un siglo, pues, la legislación del Principado no ha vivido cambios significativos. Aunque estas cortes serán las únicas convocadas por FELIPE V en Catalunya.

Es impresa en Barcelona la recopilación del derecho general de Catalunya, que rige hasta 1716


La tercera y última recopilación del derecho general de Catalunya fue impresa en Barcelona en 1704, bajo el reinado de FELIPE V. (Las anteriores son de los años 1495 y 1588-1589). Constituye el fundamento jurídico del Principado, tanto en el derecho público como en el derecho privado, hasta el Decreto de Nueva Planta (1716)

Positiva valoración de los catalanes, frente a la castellana, del reinado de CARLOS II.


¿Por qué los reinos de la Corona de Aragón adoptan una postura contraria a un rey francés? Hay que recordar en primer lugar el hecho ya sabido de la positiva valoración de los catalanes, frente a la castellana, del reinado de CARLOS II. Si para los catalanes fue “el mejor rey que hemos tenido”, para Castilla, resultó desastroso. Pero la opinión de los catalanes es fundada: Sus instituciones se mantienen sin menoscabo del poder central, su economía inicia un lento despegue y su demografía se recupera lentamente. Un segundo hecho también debe recordarse y es que por razones históricas Catalunya mantiene una fuerte hostilidad frente a Francia. El último siglo ha sido pródigo en guerras, luchas fronterizas, invasiones y asentamiento de tropas francesas en el Principado, con una conducta nada envidiable. Parece lógico, por tanto, no mirar con agrado la instalación en el trono español de un rey precisamente francés. Y no hay que olvidar que es posible que el hecho que decide a los reinos orientales de la península a ponerse del lado del archiduque CARLOS sea la presencia constante en el Mediterráneo, durante aquellos años, de tropas aliadas -inglesas y holandesas- que consiguen sublevar para su causa a dichos reinos.

Catalunya se revuelve contra FELIPE V. Entra, pues, en guerra a favor del pretendiente austríaco, a quien, reconoce como su soberano.


Catalunya se revuelve contra FELIPE V. Entra, pues, en guerra a favor del pretendiente austriaco, a quien, por el Pacto de Génova, reconoce como su soberano. En efecto, en esta fecha, se firma en Génova un tratado secreto entre Inglaterra y el Principado de Catalunya. En este pacto, los catalanes reconocen como rey al archiduque-rey CARLOS III siempre que respete las constituciones del país. También se comprometen a aportar 6.000 hombres a las tropas aliadas a sueldo de la reina ANA I de Inglaterra. Inglaterra, por su parte, se compromete a proporcionar 10.000 hombres y 12.000 fusiles y su munición correspondiente, así como a mantener las leyes e instituciones propias catalanas, cualquiera que fuera el resultado de la guerra.

Barcelona capitula. A la capitulación de Barcelona sigue la de todo el Principado.


Las tropas aliadas del archiduque CARLOS, y la sublevación popular obligan al virrey FERNÁNDEZ de Velasco a capitular el 9 de octubre de 1705. A la capitulación de Barcelona sigue la de todo el Principado.

Las tropas felipistas saquean con gran crueldad e incendian la ciudad de Xátiva con el fin de castigar su resistencia.


Las tropas felipistas saquean con gran crueldad e incendian la ciudad de Xátiva con el fin de castigar su resistencia. Posteriormente, las tropas felipistas conquistarán Aragón y algunas poblaciones del Principado como Balaguer y Lleida. Estos éxitos del ejército felipista en la Península son compensados por éxitos que consiguen los aliados en Flandes.

Girona se rinde a las tropas felipistas y francesas que han traspasado los pirineos.


Con la colaboración de las tropas del duque de Noailles que traspasan los Pirineos y penetran en el Principado, las tropas felipistas ponen sitio a la ciudad de Girona que finalmente se rinde, el 25 de enero de 1711, y con ella toda la provincia.

Inmediatamente después de la capitulación de la ciudad de Barcelona, son disueltas las instituciones catalanas


Inmediatamente después de la capitulación de la ciudad de Barcelona, son disueltas las instituciones catalanas: el Consejo de Ciento y la Diputació. Se nombra la “Real Junta Superior de Justicia y Gobierno”, que preside José PATIÑO sustituyendo a las autoridades políticas del Principado. Una anécdota que ilustra el sentido de violencia social del momento es la denominación que tiene el servicio del retrete. Para unos era “can Felip”, en clara alusión al monarca enemigo. Para otros era “el Cien”, en alusión al Consell de Cent que será suprimido. La Diputació o Generalitat (aunque era más conocida durante este período con el nombre de Diputació), no volverá a revivir -y entonces sobre unas bases radicalmente diferentes en todos los órdenes- hasta que la proclamación de la Segunda República hizo posible la aprobación del Estatut d’Autonomia de 1932, que estableció su restauración.