El conde de Besalú, Guillem el Trunnus, reafirma su alianza con el conde de Barcelona RAMON BERENGUER I el Vell y le entrega en garantía el castillo de Colltort.

LLúcia, hermana de ALMODIS la esposa de RAMON BERENGUER I el Vell, se casa con ARTAU I del Pallars Sobirà. Así el lejano condado del Pallars Sobirà entra dentro de la órbita de Barcelona, de la cual se ha ido apartando, y así se refuerza la obra de expansión por el poniente en el momento en que el conde RAMON BERENGUER I se prepara para darle un gran impulso.

Por estas fechas, RAMON BERENGUER I el Vell ha superado todas las dificultades y su prestigio alcanza cotas inigualadas por sus predecesores. Los documentos de la época que nos han llegado que, como siempre, no nos dicen más que los resultados, así lo atestiguan.

Al final del verano de este año, RAMON BERENGUER I y ERMENGOL III, emprenden la guerra contra Muqtàdir de Zaragoza, llamado por los cristianos Alhagib. El momento es muy favorable porque han entrado en guerra los dos hermanos Muqtàdir de Zaragoza y Mudàffar de Lleida y Tortosa. La campaña será de larga duración.

Se celebra en Barcelona, bajo la presidencia de Guifred de Narbona, la consagración de su catedral. Con tal motivo tiene lugar una magna reunión de obispos y magnates durante la cual se realiza una amplia labor legislativa. En este acto se habla del glorioso conde RAMON BERENGUER, factor, propugnador y muro de los cristianos, que ha conseguido más victorias que todos su antecesores y ampliado los territorios cristianos y hecho a los paganos tributarios… reconstructor de la Seo de Barcelona destruida por los bárbaros.

Junto a la actividad conquistadora vuelve a tomar fuerte impulso la repoblación, encaminada a poner una fuerte línea defensiva ante los musulmanes. Así, la expansión y asentamiento se produce especialmente en el Tarragonés y la Conca de Barberá, por un lado, y hacia la Segarra, el Segriá y la Noguera, por otro. En la fecha, es nombrado vizconde de Tarragona a BERNARD AMAT de Claramunt. La ciudad se halla despoblada desde que, algún tiempo antes, los musulmanes la abandonaron, replegando sus defensas sobre la sierra de Prades.

En la fecha, MIR GERIBERT llega a un acuerdo definitivo con RAMON BERENGUER I y firma el tratado de vasallaje y sumisión al conde de Barcelona. MIR morirá al año siguiente luchando en Tortosa contra los sarracenos.

La Italia meridional nunca ha formado parte de los Estados Pontificios, pero sí ha estado sujeta a vasallaje de éstos durante el periodo de dominación normanda (1017 – 1139). En 1059, mediante el concordato de Melfi, dimanado del concilio celebrado en esta ciudad, el papa NICOLÁS II otorga a los normandos Ricardo de Aversa la investidura del principado de Capua, y a ROBERTO Guiscardo, el Zorro, la del ducado de Apulia y de Calabria, así como, para un futuro, del señorío de Sicilia. Como contrapartida a la unción papal con que se ven dignificados, se comprometen éstos a prestar vasallaje al sumo pontífice en todo momento.

Desde este año son nombrados vizcondes de CARDONA cuya rama principal desaparecerá el siglo XVIII. La casa de CARDONA es un linaje noble catalán, surgido de los vizcondes de OSONA por el nombre de su castillo en esta población del Bages. Los orígenes genealógicos de los CARDONA, que anteriormente llevaban el apellido de Folc, arrancan de la familia del emperador Carlomagno, con un prestigio legendario. Los Folc recibieron de Guifré el Pilós, a finales del siglo IX, el castillo y el pueblo de Cardona. Fueron una de las familias más ricas de la época, dada la extensión de sus dominios territoriales y la explotación de las salinas. Hicieron de nexo entre la nobleza pirinaica y los condes de Barcelona.

A partir de esta fecha, RAMON BERENGUER I el Vell comienza una gran actividad que le lleva a adquirir diversos castillos que amplian su zona de influencia y que representarán, a lo largo de los próximos años, un enorme desembolso de miles de onzas de oro puro. Sin duda, las parias de Zaragoza, Lleida y Tortosa, consideradas como una de las bases de la pujanza económica de los condes de Barcelona son enormes, pues el oro no se obtiene directamente de la Marca ni es fácil que tenga otras fuentes de procedencia que el Islam de la Península.