Tal día como hoy...

27 de July

La impopularidad de CARLOS X provoca el estallido de la revolución de julio 1830 en los días 27,28 y 29.


La impopularidad de CARLOS X al disolver la Cámara de diputados y restringir las leyes de prensa provoca el estallido de la revolución de julio 1830 en los días 27,28 y 29.

Esta pieza también aparece en ... RESTAURACIÓN MONÁRQUICA EN FRANCIA (1815-1848)

Los cantonalistas proclaman en Cartagena el gobierno provisional de la Federación Española


Los cantonalistas proclaman en Cartagena el gobierno provisional de la Federación Española y emprenden una ofensiva militar que les llevará, entre otros éxitos, a la toma de Orihuela el 31 de julio. Pero su esfuerzo durará poco.

VAN GOGH informa de que se ha disparado un tiro en el pecho en un campo de trigo.


El 27 de julio VAN GOGH entra en el domicilio del matrimonio Ravoux, donde se hospeda. Les informa de que se ha disparado un tiro en el pecho en un campo de trigo.

Esta pieza también aparece en ... VINCENT VAN GOGH

Los norteamericanos dan por ocupada la isla de Puerto Rico.


El capitán norteamericano Davis iza la bandera de EEUU. cerca de Ponce, bajo la protección de la escuadra mandada por el almirante Higgins, con lo que los norteamericanos dan por ocupada la isla de Puerto Rico, no obstante lo cual, tardarán un tiempo en entrar en San Juan.

GUILLERMO II de Alemania al enviar tropas a China, las anima a comportarse como los “hunos”.


Un europeo que desbarra a propósito del acuerdo tomado en “el protocolo de los boxers” es, como cabe esperar, GUILLERMO Il de Alemania. Al enviar tropas a China, el 27 de julio de 1900, las anima a comportarse de tal manera, que los chinos se espanten con sólo ver a un alemán, del mismo modo que en otro tiempo los europeos se asustaban ante los hunos. Con ello sirve en bandeja un inapreciable argumento de propaganda a sus enemigos: pocos años después, los alemanes serán rutinariamente motejados de “hunos”.

Se desencadenan los hechos vandálicos que forman la llamada Semana Trágica de Barcelona.


El movimiento huelguista en Barcelona ya es una auténtica revuelta. En efecto, los huelguistas toman las principales ciudades y en Sabadell llegan a proclamar la República. Por su parte, el capitán general de Catalunya, Luis de Santiago Manescau, asume el mando de la provincia y declara el estado de guerra. En los días siguientes se queman iglesias, conventos, colegios de religiosos, arsenales, se profanan los sepulcros de los conventos y ochenta edificios son incendiados. Mueren 106 civiles, 3 religiosos y 8 miembros del ejército. Así la protesta antibelicista no deriva en una revolución, sino en un feroz anticlericalismo. Combinados los afanes de destrucción de un sector de incontrolados y la pasividad que en los primeros momentos observa la fuerza pública y el ejército, se desencadenan hasta el 31 de julio los hechos vandálicos que forman la llamada “Semana Trágica de Barcelona” (Del 26/7 al 2/8).

En el norte de África, el general Pintos ocupa unas lomas en la falda del monte Gurugú.


Mientras, en el norte de África, el general Pintos, ocupa, en la fecha, unas lomas en la falda del monte Gurugú, cerca del Barranco del Lobo, cometiendo el gravísimo error de entrar en territorio enemigo con un gran descuido. El Batallón de las Navas es enteramente aniquilado: 153 muertos, entre ellos el general Pintos, y 599 heridos (“Desastre del Barranco del Lobo”). Las minas del Rif son asaltadas. España se hará finalmente con la franja costera septentrional de Marruecos, que acabará llamándose “Marruecos español”.

Se organiza una macabra procesión por las calles de Barcelona con catorce cadáveres de monjas.


En algunos conventos de monjas de clausura incendiados, sobre todo en uno del que se había corrido la leyenda que se enterraba en vida a las monjas rebeldes, los incendiarios rebuscan en el cementerio y su fantasía queda complacida al ver que los cadáveres tienen las manos y los pies atados. Ignorando la antigua costumbre de enterrar así a los muertos, y para que todos puedan contemplar aquello que ellos creen que era un extraordinario descubrimiento, organizan una macabra procesión por las calles de Barcelona con catorce cadáveres.

Es cierto que desde la confiscación de las tierras eclesiásticas durante el siglo anterior, las órdenes religiosas y la jerarquía han sido capitalistas.


Es cierto que desde la confiscación de las tierras eclesiásticas durante el siglo anterior, las órdenes religiosas y la jerarquía han sido capitalistas. Pero muchos frailes y la mayoría de los sacerdotes (excepto los que viven en los barrios ricos de las grandes ciudades) tienen ingresos tan pequeños como los de sus feligreses. Se considera con razón a la jerarquía como la aliada de las clases altas. Pero el cura de pueblo, e incluso el cura de una zona pobre de una gran ciudad, es considerado a menudo como un consejero relativamente amable, que puede influir sobre las autoridades, a veces con éxito, en favor de los oprimidos. La clase trabajadora española, sin embargo, se indigna cuando un sacerdote es claramente hipócrita y está en flagrante contradicción con las enseñanzas de Cristo sobre la pobreza, o se muestra respetuoso ante los ricos. Entonces cualquier castigo es poco para él, y su iglesia corre el riesgo de ser pasto de las llamas.

Un sentimiento anticlerical explota con toda virulencia en la Semana Trágica de Barcelona.


El sentimiento anticlerical que explota con toda virulencia en la Semana Trágica de Barcelona se ha ido formando progresiva y lentamente desde principios del siglo XIX -paralelo a la revolución liberal del Estado español- y se ha mantenido latente, excepto en momentos puntuales de crisis social. La hipocresía del clero, su actitud contra el progreso, la inutilidad de unos seres parásitos e improductivos, la opulencia en la que vivían en contraste con la pobreza de las clases populares, sus privilegios, su tacañería… Todos estos argumentos fundamentan y definen el sentimiento anticlerical colectivo de las clases populares de la Barcelona de la primera década del siglo XX. Por otra parte, estos gravísimos sucesos son la culminación de una serie de huelgas que vienen produciéndose desde comienzos de siglo y que acabarán con el gobierno de MAURA y con sus proyectos modernizadores. Éstos incluyen la descentralización, con la que se proponía responder a los movimientos regionalistas, iniciados en Catalunya y que no tardan en hallar eco en el País Vasco y en Galicia.