JUAN II el Grande (Rey de Navarra 1425-1479) (Rey de Aragón 1458-1479)

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Por el Tratado de Bayona, LUIS XI se compromete a enviar tropas contra los catalanes.


GASTÓN de Foix, casado con LEONOR de Navarra, hija de JUAN II de Navarra y Aragón, ve ahora más factible su acceso al trono de Navarra, por ello casa a su hijo con Magdalena de Francia y propicia la ayuda de LUIS XI, rey de Francia, a su suegro, JUAN II. Firman, en la fecha, el “Tratado de Bayona”. En él, LUIS XI se compromete a enviar tropas contra los catalanes. En compensación recibirá el Roselló y la Cerdanya y los castillos de Perpinyà y Cotlliure. Este acuerdo, que podría ser considerado delito de alta traición, confirma a los componentes del Consejo del Principado y dirigentes de la Generalitat de que no hay marcha atrás.

La Diputació de Catalunya, declara a JUAN II de Catalunya y Aragón, enemigo del Principado.


En la fecha, la Diputació de Catalunya, con el voto unánime de todos los estamentos, declara a JUAN II de Catalunya y Aragón, enemigo del Principado, desposeyendo de la corona a JUAN II y a su esposa.

La Generalitat elabora un proyecto de concordia en el cual se libera a los remensas de los malos usos.


En un intento de romper la alianza entre el rey y los payeses, la Generalitat elabora un proyecto de concordia en el cual se libera a los remensas de los malos usos a cambio de que éstos paguen una compensación económica al señor. Un documento que se inspira en la propuesta sugerida cincuenta años antes por la reina Maria, esposa de Martín el Humano. La concordia tiene una respuesta desigual. En el bando remensa, el proyecto es muy aceptado en la comarca de Osona. En cambio, los payeses de la zona del obispado de Girona lo rechazan frontalmente. Simultáneamente, muchos señores consideran que la concordia significa una apropiación de sus derechos y un premio a los crímenes perpetrados por una banda de campesinos revolucionarios. Las posiciones están demasiado radicalizadas para poder llegar a un acuerdo. Francesc VERNTALLAT, uno de los líderes de la revuelta de los payeses iniciada en la Garrotxa, secunda las pretensiones del monarca de recuperar el poder político en Catalunya enfrente de las instituciones catalanas.

En Catalunya, las tropas reales entran en Girona, al mismo tiempo que lo hacen las francesas.


En Catalunya, las tropas reales -rompiendo la Concordia de Vilafranca- entran en Girona, al mismo tiempo que lo hacen las francesas, enviadas por LUIS XI, conquistando la ciudad. El príncipe FERNANDO apoyado por las tropas francesas, se junta con su padre JUAN II en Montcada, pasando seguidamente a Zaragoza. El Principado se halla en plena revuelta. Muchos “buscaires” son ejecutados.

La Diputació de Catalunya desposee, en la fecha, a FERNANDO de los derechos de su primogenitura.


La Diputació de Catalunya desposee, en la fecha, a FERNANDO de los derechos de su primogenitura. Al frente del Principado irán desfilando, a lo largo de los próximos años, diversos reyes paralelos a JUAN II: Enrique IV de Castilla, Pedro de Portugal, Renato I de Anjou

Unidas las tropas de JUAN II con las de su yerno, el conde GASTÓN de Foix, ponen sitio a Barcelona.


Unidas las tropas de JUAN II con las de su yerno, el conde GASTÓN de Foix, ponen, en la fecha sitio a Barcelona.

La Diputació de Catalunya, ofrece a Enrique IV de Castilla, el reconocerle como a su rey. Él acepta.


La Diputació de Catalunya, junto con los beamonteses navarros, deciden ofrecer a ENRIQUE IV de Castilla, el reconocerle como a su rey, cosa que éste acepta, en la fecha. ENRIQUE IV es proclamado rey de Catalunya y de Navarra en la persona de su lugarteniente, JUAN de Beaumont. Se trata de un episodio más  de la no aceptación de Juan II por sus súbditos catalanes, que desembocará en la guerra civil.

JUAN II de Navarra y Aragón, contraataca avivando la guerra civil en el reino castellano.


ENRIQUE IV, a quien el nombramiento de rey o señor de Catalunya le interesa sólo en la medida en que cree poder debilitar a su enemigo y al partido aragonesista activo en Castilla, no cuenta con la habilidad de JUAN II, que contraataca avivando la guerra civil en el reino castellano. Finalmente, convencidos ambos monarcas de la inutilidad de una estrategia que les perjudica mutuamente, se avienen a aceptar el arbitraje de LUIS XI de Francia, que dicta una sentencia (Bayona, 23 de abril de 1463). ENRIQUE IV renuncia a los reinos de Catalunya y Navarra y por lo tanto se aviene a abandonar a los catalanes y a devolver a JUAN II posiciones navarras ocupadas por sus tropas; JUAN II, por su parte, hará concesiones semejantes en Castilla. Para ENRIQUE IV lo que era una magnífica oportunidad se ha convertido en un fracaso total. Sólo ha servido para demostrar lo nefasto que puede resultar un gobierno regido por los deseos de una nobleza que no piensa más que en sus propios intereses.