ATAÚLFO entra, pues, en Hispania. Se apodera de Barcino. Aunque no podrá conquistar toda la Península, sino únicamente la parte septentrional-oriental, denominada por eso -según algunos historiadores- «Gotalaunia» (hoy Catalunya), ATAÚLFO es el primer soberano visigodo de la península. De todas maneras, la entrada que hace GALA PLACIDIA en Barcelona no es de muy buen augurio: llega encadenada en compañía de un grupo de prisioneros, caminando delante del caballo de guerra de ATAÚLFO su marido. GALA PLACIDIA influirá para que ATAÚLFO se convierta al cristianismo, si bien acaba por abrazar el arrianismo. Tendrá por corte a Barcelona. La población de España en estos años es de unos diez millones de habitantes. Los recién llegados no pasarían de los ciento cincuenta mil.
DATOS DEMOGRÁFICOS
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WALIA establece su capital en Tolosa, constituyendo el llamado «reino de Tolosa» (418-507).
En este año, no se sabe muy bien por qué, cuando WALIA y sus visigodos se disponen a profundizar contra los suevos y los vándalos asdingos, las operaciones militares en Hispania quedan en suspenso y WALIA es llamado por CONSTANCIO a las Galias. ¿Un repentino peligro? ¿El temor al excesivo poder de WALIA? ¿Nuevos y desconocidos planes?. Sea lo que fuere, lo cierto es que WALIA firma un nuevo tratado con CONSTANCIO, en virtud del cual, por fin, el errante pueblo visigodo se establece oficialmente en las llanuras de Aquitania. Sigue, sin embargo, manteniendo el compromiso para la defensa del territorio de Hispania contra los otros pueblos no federados. Se calcula alrededor de 100.000 visigodos los que se asientan en las Galias, aunque su número aumentará durante todo el siglo por la incorporación de otros grupos germánicos. WALIA establece su capital en Tolosa, constituyendo el llamado «reino de Tolosa» (418-507). Este reino es el primero de los germánicos y parece que se lleva a cabo para crear un importante bastión en defensa de los intereses romanos frente a la tensión en Hispania y frente a los bagaudas del centro y noroeste de las Galias.
Muere WALIA, rey visigodo de Tolosa, siendo proclamado rey TEODORICO I (418-451), hijo de Alarico.
Muere WALIA, rey visigodo de Tolosa, siendo proclamado rey TEODORICO I (418-451), hijo de Alarico. Residirá casi siempre en las Galias. Extenderá sus estados hasta el Ródano y el Loira a costa del Imperio Romano, cada vez más decaído. La población de Hispania, en estos años, está en torno a los diez millones de habitantes. Durante este tiempo, hasta el 549, los católicos no son molestados, pues TEODORICO practica una política tolerante y abierta. Se construyen iglesias y muchos desterrados vuelven a los lugares de origen.
Un concilio excomulga al patriarca Acacio, autor de «Henotikon». Se inicia el Cisma acaciano (484-519)
A pesar de la solicitud del papa, ACACIO, patriarca de Constantinopla, no sólo no renuncia a su doctrina ni anula el nombramiento, sino que logra atraer a los propios legados pontificios a sus postulados doctrinales. FÉLIX III (II) convoca en respuesta un concilio que, en la fecha, excomulga al patriarca ACACIO, autor de «Henotikon», quien a su vez responde borrando el nombre del papa de los dípticos litúrgicos lo que equivale a la excomunión del pontífice. Se inicia así el «Cisma acaciano» (484-519) que dividirá la Iglesia durante los siguientes 35 años. Esta excomunión, dará pie a la segregación de la Iglesia de Constantinopla. El polémico documento no ha sido aceptado por los monofisitas de Egipto y Siria, porque en él se condena a EUTIQUES, pero sí por los armenios. Las defecciones producidas en esos tiempos se ha estimado que constituyen la cuarta parte del total de cristianos en el mundo.
Los godos abandonan lo que ha sido su reino y se trasladan en masa a la península Ibérica.
Hasta esta fecha, el goteo de familias visigodas a la Península Ibérica ha sido constante, pero a partir de la derrota ante los francos en Vouillé, los godos abandonan lo que hasta entonces ha sido su reino y se trasladan en masa a la península Ibérica. Se calcula que un máximo de 200.000 almas se establecerán en Hispania hasta el año 531. Esta cantidad representa un reducidísimo porcentaje (3%) entre tal vez 6 – 7 millones de pobladores hispanorromanos. Los visigodos, campesinos-guerreros, se asientan al principio en la meseta Norte, despojando de sus haciendas a los propietarios rurales y llegando a acuerdos con la aristocracia de las ciudades. Desde aquí controlan a los suevos. (de hecho, lo que después se conocerá como Tierra de Campos se llama Campus Gothorum).
JUSTINIANO I emprende la reconquista de los territorios que han formado el Imperio de Occidente.
Cuando JUSTINIANO I ocupa el trono del imperio oriental, la tormenta que ha acabado con el imperio occidental se ha desvanecido. Si una de las causas del desastre ha sido la superpoblación de la Germanía y la escasa población del imperio, resulta fácil entender lo sucedido: la penetración de los germanos en las Galias, España, Italia y el norte de África ha restaurado el equilibrio; todo está tranquilo por el momento. JUSTINIANO I que está convencido de que es una ignomia que las provincias occidentales permanezcan ocupadas por bárbaros, considera esta señal para el contraataque. Emprende, por ello, de manera sistemática, la reconquista de los territorios que han formado parte del Imperio de Occidente.
Una grave plaga bubónica hace presa en ambos bandos, persas y romanos bizantinos.
En esta fecha, una grave plaga bubónica hace presa en ambos bandos, persas y romanos bizantinos y la guerra parece más insensata que nunca. (Esta epidemia y la peste bubónica ocurrida en 1348, son las mayores de Europa en tiempos históricos). El número de vidas perdidas en Constantinopla es enorme, hasta el extremo de que la administración y la economía quedan paralizadas. En esta época, Constantinopla alcanza una población de unas 600.000 personas, en tanto Roma se ha empequeñecido y empobrecido, hasta quedar el número de sus habitantes reducido a menos de una décima parte.
Los visigodos constituyen una élite dirigente que ocupa las tierras más productivas.
Los visigodos, parece ser que utilizan las casas y edificios de los romanos, reaprovechándolos y utilizándolos con pocos cambios. La decadencia de las ciudades y de la sociedad se intensifica en los siglos VI y VII. Los visigodos constituyen una élite dirigente que ocupa las tierras más productivas. Se limitan a dominar a las gentes hispanorromanas y a gobernar un país empobrecido. El asentamiento godo se delimita en una amplia zona que abarca el curso medio del Duero, con sus afluentes y la vertiente norte del Tajo. La población hispanovisigoda en Hispania se fija entre cien y doscientos mil frente a unos entre cinco y siete millones de hispanorromanos. La desproporción entre visigodos e hispanorromanos es más que evidente. Por otra parte, la inmensa mayoría de la gente es analfabeta, pero ciertos círculos eclesiásticos disfrutan de un elevado nivel cultural.
La peste y el hambre, después de siete a?ños de sequía, provocan una gran regresión demográfica.
La peste y el hambre, consecuencias del largo periodo (siete años) de sequía que ha asolado al territorio peninsular de Hispania, provocan una gran regresión demográfica.
En la segunda mitad del siglo VII, se produce en toda Hispania un fenómeno de despoblación.
En la segunda mitad del siglo VII, se produce en toda Hispania un fenómeno de despoblación. La población de la Península Ibérica, se estima en unos tres millones y medio de habitantes. En cada territorio hay un juez que administra justicia, y allí donde no llega la justicia del Estado lo hace la de los grandes terratenientes que en el medio rural actúan como los verdaderos señores, con pleno dominio sobre los campesinos. A este fenómeno social se le llama «proceso de feudalización».